El Pequeño Nicolás bailaba este jueves por la noche en la discoteca Gabana de Madrid cuando la policía lo detuvo. Debía 530 euros de una cena en el restaurante Ramsés, aunque ha dicho a la Cadena SER que fue involuntario, porque creía que había sido pagado por una empresa. El total de la factura de los 17 comensales ascendió a 1.800 euros. Todos pagaron -también su amiga Isabel Mateos- menos él.
Lo que Francisco Nicolás hizo antes de que el dueño del restaurante llamara a la policía y tuviera que abonar su deuda en comisaría fue un simpa: irse sin pagar. Y aunque el chaval que ha mareado al CNI tiene muchas habilidades, esta no es de cosecha propia. Aquí van otros "simpas históricos".
1. El mensajero que hizo un simpa en elBulli: El sueño de Pascal Henry, un mensajero suizo de 46 años, era hacer un tour gastronómico por los 68 restaurantes con tres estrellas Michelin del mundo. A la cocina de Ferran Adrià llegó el 12 de junio de 2008. Entró, comió y desapareció. "Se levantó de la mesa para ir a buscar unas tarjetas de visita y ya no volvió", contó Juli Soler, responsable en aquel momento del restaurante. Tuvieron que pasar tres meses hasta que la Interpol informó a la policía española de que Pascal Henry había sacado dinero en un cajero de Ginebra. "He estado vagando entre Francia y Suiza", dijo en una entrevista al diario de Lausana Le Matin.
2. El hombre al que la tele pilló haciéndose un simpa en directo: Irse sin pagar no solo sucede en el sector de la hostelería. Un día de 2012 la periodista Gemma Esteba conectó en directo con el plató de los Desayunos de TVE. Comenzó a hablar a cámara cuando a su espalda un hombre saltó los tornos del metro de Barcelona. La imagen se convirtió en emblema en la lucha contra la subida de las tasas del transporte público y se incluyo en la campaña "Yo no pago".
3. El simpa real: Cada vez que la princesa saudí Maha al-Sudairi se daba una vuelta por los establecimientos más caros de París, los dueños echaban (literalmente) el cierre a las cajas registradoras. La esposa del príncipe heredero del reino saudita Nayef Ben Abdel Aziz tomó la costumbre de arrasar con las boutiques más selectas sin pagar. Sus prácticas más habituales, entregar cheques sin fondos y endeudarse con plazos que nunca cumple. Aunque su residencia habitual es un palacio asignado por el rey saudí Abdalá, en junio de 2012 se hospedó con un séquito de 60 miembros en el majestuoso Shangri-La. Intentó salir con total discreción, pero para disimular una factura de seis millones de euros hacían falta algo más que unas oscuras gafas de sol.
4. Los rusos que se la intentaron colar a Briatore: "Su cuenta", caballeros. "La paga el patrón del yate". Con esta excusa seis ciudadanos rusos intentaron zafarse de una factura de 86.000 euros en botellas de champán. Aunque en algunos locales de Cerdeña esta técnica es más que habitual, estos clientes se toparon con el magnate del automovilismo Flavio Briatore, dueño del local Billionaire. No solo les llegó la cuenta, también una denuncia.
5. El emperador del simpa: En 2010 un estudiante letón acabó condenado al ostracismo de los seis distritos más caros de Londres. Después de acumular deudas por más de 18.000 euros en restaurantes de la ciudad, la policía decidió expulsar a Janis Nords de esta zona. La táctica era sencilla: salir a fumarse un cigarro y no volver nunca más.
6. El simpa fallido al taxista tuitero: Dos adolescentes se suben en un taxi en Oviedo y tuitean en sus perfiles públicos que no van a pagar cuando lleguen a su destino. Lo cuentan y lo hacen. Nada más pararse el coche echan a correr. Con lo que no contaron fue que su hazaña tendría una segunda parte en internet. El taxista también era tuitero y no le costó mucho encontrar el rastro digital de los chavales. No solo denunció el simpa, además indagó y publicó sus datos personales en su blog.
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