la historia del Fiat franquista: cuando la provocación supera a la reflexión

El coche de la imagen es tan solo un viejo Fiat, pero los artistas Núria Güell y Levi Orta han despertado polémica al incluir en el vehículo una bandera anticonstitucional, un retrato de Franco y símbolos nazis. Su propuesta, titulada "Ideologías oscilatorias", iba a circular este fin de semana por el centro de Figueres como parte del festival de cultura contemporánea Ingràvids, pero el Ayuntamiento catalán decidió vetar su participación en el mismo.

La parte posterior del coche también luce una insignia de la Falange en esta obra de Güell y Orta, conocidos por el tono paródico de sus trabajos. Para Orta y Güell, la alcaldesa de Convergència i Unió, Marta Felip, ha realizado de forma involuntaria una colaboración en favor de esta obra, debido al impacto que ha tenido en internet. "Las redes sociales han jugado un papel clave en la obra, como espacio de visibilidad, difusión y reflexión. Ha sido ampliamente divulgada y ha llegado a mucha más gente que la que hubiera llegado sin la censura. Nos alegra y a la vez que nos sorprende que a estas alturas se censure algo que se quiere ocultar: es obvio que siempre será contraproducente para el censor", comentan los artistas en Verne, quienes se han sentido apoyados por el festival Ingrávids.

Los creadores de "Ideologías oscilatorias" confían en que su propuesta artística puede tener salida en otros eventos similares. "Nos han llegado ofertas de otros festivales que estamos valorando. Es algo que ya contemplamos durante el proceso creativo, porque es una obra pertinente para diferentes contextos y países. Hasta la ideología podría variar, dependiendo de cuál sea el fantasma del contexto específico", aseguran por correo electrónico desde Beirut, donde se encuentran trabajando en un nuevo proyecto.

No son los primeros artistas españoles que han despertado la polémica por usar la imagen de Franco. El artista Eugenio Merino metió al dictador en un frigorífico decorado con el diseño de Coca-Cola para su obra "Always Franco", la más polémica de la edición 2012 de Arco. Su obra le llevó un año después a sentarse en el banquillo, tras la denuncia interpuesta por la Fundación Nacional Francisco Franco (FNFF). La vista apenas duró media hora, ya que la fiscalía solicitó que se desestimara la demanda. En ese momento, algunos usuarios de Twitter se preguntaban si en Alemania existe una Fundación Hitler que vigile por que no se dañe el honor del dictador alemán.

Nadine Dinter, propietaria de un gabinete de comunicación alemán especializado en arte, asegura a Verne que no es fácil encontrar en los museos y galerías germanos piezas que se relacionen de esa forma con Hitler o que incluyan símbolos nazis. Ninguna de las organizaciones con las que colabora haría algo así, asegura Dinter, quien colabora de manera regular con la Helmut Newton Foundation de Berlín y con el festival St. Moritz Art Masters: “Al contrario, se suelen mostrar trabajos artísticos que se limitan a documentar el horror del régimen nazi”, apunta. ¿Existe por tanto un tabú en la escena artística alemana relacionado con el uso de estos símbolos, con independencia de la intención de su mensaje? “Es algo sobreentendido por todos aunque nunca hablado o escrito de forma específica, aunque de ningún modo existiría una Fundación Hitler”, afirma.

De igual modo opina Tim Holthöfer, redactor de la revista alemana líder del sector Art Magazin, quien más que un tabú, reconoce "cierta sensibilidad" en el mundo artístico germano. El periodista recuerda el caso de Jonathan Messe, quien se buscó algún problema judicial al incluir el saludo nazi en sus intervenciones artísticas. Reproducir simbología nazi es ilegal en el país y acarrea penas de hasta tres años de cárcel. En este caso, la fiscalía de Munich decidió no presentar cargos al entender las intenciones artísticas en las acciones de Messe.

 

 

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