5 cosas que deberían aprender los Goya de la gala de YouTube

No entendí ni la mitad de los chistes, pero al menos había chistes

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Rubius y Mangel nos enseñan cómo se recoge un premio
Rubius y Mangel nos enseñan cómo se recoge un premio

La gala comienza con un fragmento de Divergente en el que aparece Kate Winslet doblada para soltar chistecitos con referencias a youtubers. No pillo ni una, pero a todo el mundo le parece muy gracioso.

Esto es lo que espero de la gala del décimo aniversario de Youtube, que se celebró este jueves en Madrid: algo ágil y divertido. Aunque yo no pille la mitad de los chistes porque tengo 84 años (es posible que esté exagerando). De hecho, durante el evento tomo nota de todo lo que podría aprender la academia del cine española para la próxima gala de los Goya, que suele ser justo lo contrario: se entiende todo muy bien, pero no hay nada más aburrido.

1. Los premios dan un poco igual

La gala no fue sólo una entrega de premios. Los dieron al final y rapidito. Es cierto que ya se sabía para quién iban (Atresmedia, Vegetta777 y El Rubius), pero la intriga de conocer los ganadores no sirve para aguantar despierto hasta las dos de la mañana. Para eso, ya lo mirarás la mañana siguiente en el móvil y en dos minutos.

2. Trae a gente maja

Uno de los invitados fue Paco León, que explicó su experiencia estrenando su película Carmina o revienta en todos los canales a la vez, tanto online como en salas convencionales. Lo primero que dijo fue que no venía a hacer gracia, sino a contar su experiencia, pero a partir de ahí todo fueron carcajadas porque Paco León es muy gracioso.

León explicó cómo convenció a la industria para estrenar su película de esta forma innovadora y cómo, añorando la independencia del principio, estrenará en enero del año que viene un canal de YouTube protagonizado por su madre. De su historia pueden aprender mucho todos los sectores del entretenimiento, no sólo el cine. Y lo explicó un poco como cuando parodiaba estrenos de cartelera en Homo Zapping. Fue maravilloso.

Otra invitada de la gala fue Cristina Pedroche, que aceptó un reto con Elvisa, un youtuber que se presenta como hija de una elfa y un oso. Pedroche, sin guión, fue lo suficientemente espontánea como para soltar varios tacos en un juego de palabras y para gritar: “¡ES ÍÑIGO ERREJÓN! ¡QUÉ FUERTE!”, al verle entre el público.

3. No hagas tú toda la gala

Las galas de los Goya cuentan con multitud de guionistas y por lo general un buen presentador. El año pasado Dani Rovira gustó bastante, del mismo modo que Joaquín Reyes la noche del jueves estuvo muy bien. Es Joaquín Reyes. Si nota que el ritmo cae, suelta una frase chanante y arriba otra vez.

Pero lo que hicieron muy bien los responsables de la gala fue dejar que los youtubers se hicieran cargo de algunos momentos. La Supercafetera le dio un buen repaso a los vídeos más típicos de Youtube, y Rush Smith se inventó el reto ya mencionado en el que participó Pedroche, por ejemplo.

Y además se estrenó el primer episodio de la serie para Youtube Zero, de David Victori, y -lo que fue el mejor momento de la noche- pudimos ver el Celebrities que le dedicó Joaquín Reyes al Rubius y que este youtuber colgará en su canal próximamente. Fueron varios minutos de carcajadas ininterrumpidas.

4. No pongas números musicales

Nadie quiere ver números musicales, a no ser que sea Resines haciendo un rap. Como mucho, pon el videoclip de Yellow Mellow. A lo mejor estás arrugando la nariz, muy disgustado ante la idea, pero el vídeo está bien rodado y la canción fue la más vendida en Itunes el día de su estreno, superando a Lady Gaga. “¿Y cómo se quedó ella -apuntó Joaquín Reyes-, “poker face”?”. Ese lo traías apuntado de casa, Joaquín.

Reyes tuvo otro momento musical, cuando cantó Telephone de Lady Gaga traducido al español. Pero sólo duró medio minuto y además fue gracioso. El estribillo, con acento manchego, decía: “Paso de tu culo, ya no estoy a tu merced”. Dudamos de que eso saliera del Google Translator, como aseguró el humorista.

5. Dale una duración humana

La gala sólo se retrasó quince minutos y duró dos horas, contando los selfis que se hicieron todos en el escenario al final. La de los Goya del año pasado llegó a las tres horas y media. Me tuve que afeitar dos veces. Ni que la dirigiera Peter Jackson.

Lo malo: los discursos institucionales

Al principio de la gala, Joaquín Reyes explicó que entre el público hay “200 de los mejores youtubers de España”. Y apuntó que, de caerun meteorito en la Fundación Giner de los Ríos, donde se celebraba el evento, “acabaría con Youtube”. Cada vez que salió a hablar un representante de YouTube o de Google, deseé que cayera ese meteorito y terminara con mi sufrimiento. Fueron como los discursos del presidente de la academia de turno: institucionales, serios, retocados cincuenta veces y con la necesidad de meter datos y esa frase que gustó tanto en la reunión de ayer. O peor, como la actuación de Álex O’Dougherty del año pasado. Piensas: “Este tío es muy bueno, ¿pero qué diablos hace? ¿Y, sobre todo, por qué?”. Total, que rompen el ritmo y sólo puedes pensar en la barra libre. ¡Yo he venido aquí a ver vídeos de gatos! ¡Dame mis gaticos! ¡Y eso que soy alérgico!

E igual no era el sitio para traer a Jake Chudnow, del Creative Lab de YouTube, que vino a hablarnos de los vídeos en 360 grados. Muy interesante, seguro, pero yo no podía dejar de pensar en cómo podía ser el vídeo de la polla de goma del Rubius en 360 grados. Y Boyero viéndolo. “Flipo”.

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