Ha calado la idea de que los españoles son muy solidarios, apuntalada por la respuesta masiva ante catástrofes como el terremoto de Ecuador. Hasta la Marca España vende la solidaridad “como un valor innegable” del país. El 20% de la población contribuyó con alguna causa humanitaria, según la Asociación Española de Fundraising (AEFR), aunque nuestra fama de altruistas se arruga un poco cuando se nos compara con vecinos europeos.
Esos 7,5 millones de donantes se emocionan más con problemas como la infancia, la educación y la pobreza, cuenta a Verne Fernando Morón, director de la AEFR. Según el informe más reciente de AEFR, que recoge datos del 70% de los socios/donantes que hay en España, así son quienes contribuyen económicamente con alguna ONG.
Aunque la crisis ha contribuido a que las aportaciones a organizaciones no gubernamentales haya caído de los 187 euros al año de media por donante de 2006 a los 133 euros de 2014, desde 2012 ha habido un repunte en el número de asociados de las ONG. El dato, comparado con otros países, tiene aún mucho margen de crecimiento.
Según Elena Martínez, responsable de Colaboraciones estratégicas de Médicos sin Fronteras (MsF), es una cuestión de cultura y educación. En EE UU, recuerda, “la sociedad te impulsa a involucrarte en una causa desde que eres pequeño, para devolverle a la sociedad lo bien que te ha tratado. Y es un orgullo. En España hay pocos filántropos y los que hay no salen a la luz”. También señala que “hay países nórdicos donde se apoyan a causas muy distintas y de muchas formas a la vez [con donaciones, como voluntarios, con microdonaciones, etc], porque no se trata de elegir una cosa u otra. Aquí tenemos una mentalidad diferente”.
Por zonas geográficas, Madrid concentra casi el 20% de los socios de ONG, seguida por Barcelona, Valencia, Alicante, Vizcaya, etc. Por cuotas medias, el rango va desde los 87 euros de Teruel hasta los 153 euros de Álava. Destacan como más generosos el País Vasco y Navarra, Sevilla y Cádiz y Madrid, pero si las contribuciones se ponderan con la renta per capita de cada provincia, el sur cobra empuje.
Solidaridad impulsada por emergencias mediáticas
Las imágenes que llegan de un terremoto, una catástrofe natural o crisis humanitarias con las que el individuo encuentra una proximidad generan también mucha empatía, señala Martínez. “El español es una persona muy impulsiva que responde mucho a golpe de emergencia mediática”, dice. Lo han notado en crisis como la del ébola, que solo activó la solidaridad española cuando hubo un enfermo español, o con la foto del niño Aylan Kurdi ahogado en una playa turca, que consiguió una atención a la guerra siria que no se había logrado en casi cinco años de conflicto.
Para lograr un equilibrio en las ayudas y usarlas en los lugares a los MsF pueda llegar y resultar útil de verdad han creado un fondo de emergencia, que no está asociado a ningún proyecto en particular. "Este fondo nos permite estar preparados y actuar desde el primer momento en esas primeras horas cruciales para las víctimas de un desastre natural o de cualquier otra emergencia", explica Martínez. Es un reto, reconoce, porque supone hacer madurar a la sociedad.
“En nuestra organización tenemos comprobado que los socios y socias (la sociedad en general) se vuelcan cuando hay una situación de emergencia”, confirma Ayuda en Acción. Lo comprobaron una vez más con el terremoto que destrozó Nepal en 2015, cuando recaudaron 239.000 euros, y con el que ha sacudido Ecuador este año. En cambio, una “emergencia silenciosa” de la que no se hacen eco los medios y la sociedad desconoce, como la de Etiopía -donde más de 10 millones de personas sufre la peor sequía en medio siglo-, “redunda en una menor movilización ciudadana”.
Médicos del Mundo, que también recibe principalmente donaciones puntuales ligadas a emergencias mediáticas, cuenta a Verne que “en los últimos años de contexto de crisis económica sí se ha percibido que cuando la problemática es más cercana, y afecta a colectivos locales, mayor respuesta y empatía genera”. Por la mismas razones y porque existe una relación cultural estable, los españoles se vuelcan también más en general con América Latina.
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