Los padres mexicanos empiezan a convertirse en amos de casa

"Nunca he visto las labores domésticas como un trabajo exclusivo de la mujer”

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Mario Matadamas Talledos es licenciado en informática, tiene 54 años y de lunes a viernes es el amo de la casa. Preparar a su hija para la escuela, tener la comida lista antes de las 12:30 de la tarde, lavar la ropa y trapear son algunas de las actividades que realiza diariamente. “A veces hago más de tres cosas a la vez. Yo trabajo desde casa y ofrezco soporte técnico y mantenimiento a computadoras. Cuando se está lavando la ropa arreglo las maquinas, cuando estoy formateando equipos, me pongo a trapear y así me voy organizando”, relata a Verne en entrevista vía telefónica.

Matadamas Talledos vive en el Estado de México con Belem Ledezma Balderos, su pareja desde hace 15 años. Tiene una hija de 13 años y desde hace más de14 se dedica al hogar. “Afortunadamente mi madre nos acostumbró a mí y a mis hermanos a cocinar, a lavar a mano y a planchar, por eso nunca lo he visto como un trabajo exclusivo de la mujer”, detalla. “Creo que la idiosincrasia que tenemos en México es incorrecta, yo soy de la idea de que un matrimonio es de dos personas. Las atribuciones, responsabilidades y obligaciones son de los dos y de todos los que viven en la casa”.

René López, encargado de investigación en GENDES A.C., organización que promueve las relaciones equitativas entre personas, explica en entrevista telefónica que no hay evidencia de que haya muchos hombres en esta situación, pero sí ha habido un cambio en los roles de casa: “Los hombres están empezando a involucrarse cada vez más en las actividades domésticas. Esto se da porque las mujeres están saliendo a trabajar y los papeles se están redefiniendo. Hay quienes lo planean y otros que tuvieron que hacerlo. De una u otra manera, el hombre se está acomodando a esta nueva dinámica familiar”, dice.

En México, el 45.5% de la población es masculina. De acuerdo con la Encuesta Nacional de Ingresos y Gastos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), de este porcentaje solo el 33.2% es ocupado, el 29% es ocupado y realiza trabajo doméstico, y el 17.7% solo realiza trabajo doméstico.  

Cambiar la figura del padre ausente

Otra de las razones por las que el padre de familia opta por involucrarse más es, de acuerdo con López, la expectativa de cambiar la relación progenitor- hijo que ellos experimentaron. “Hay ese sentido de que algo les faltó en su relación con su padre y no les gustaría repetir ese esquema con sus hijos”, detalla el investigador. “Hay una búsqueda de cambiar la figura del padre ausente o del que solo se encarga de proveer y descuida todos los aspectos de la dinámica familiar”.

Andrea, hija de Matadamas Talledos, cuenta que lo que más disfruta de que su papá esté en casa es que pueden platicar y jugar a las luchas: “Pasamos mucho tiempo juntos y eso me hace muy feliz”, comenta la joven estudiante. “A veces vemos películas, otras salimos a caminar o simplemente mojarnos en la lluvia. Son de las cosas que puedes valorar. Lo económico va y viene, pero los recuerdos difícilmente los pierdes. Le estoy intentando dar la parte que yo no tuve en familia”, señala Matadamas Talledos.

La terapeuta familiar, Rosa María Meza agrega en entrevista para Verne: "Los hombres han tenido la carga de ser proveedor, ser el fuerte y ser el protector. Yo creo que ha sido una carga y este hecho de asumir este rol más de lo femenino les permite ser más flexibles. Darse la oportunidad de reparar".

Belem Ledezma Balderas, esposa de Matadamas Talledos agrega: "Si hablamos de un padre amo de casa, Mario lo abarca los 360°. Él se sigue dedicando a su negocio, limpia la casa, lleva y trae a Andrea y todo. Yo tengo mucho apoyo de su parte pues como asistente administrativa, justo en este momento estoy viajando mucho y solo los veo los fines de semana".

De izquierda a derecha Mario, Andrea y Belem.

Son más los pros que los contras

René López, quien también es amo de casa pero de medio tiempo en la Ciudad de México, manifiesta que en México todavía es común enfrentarse al rechazo e incomprensión de la sociedad: “Para algunos quedarse en casa a cuidar a los hijos los limita a nivel profesional o les impide tener una vida social activa, pero la realidad es que es muy gratificante”, afirma.

“El tener un espacio para estar con alguien a un nivel más emocional puede ser muy enriquecedor. El hecho de que mis hijas me abracen vale la pena todo el desgaste y los desvelos”, dice López.

Por otro lado, de acuerdo con el investigador asumir el papel de amo de casa y apoyar a la mujer en casa genera una mejor comunicación en la pareja: “El hecho de que ella también se descargue de esa función que antes era casi exclusiva de las mujeres, ayuda llevar una relación de una manera diferente”.

"Participar en la crianza es algo muy valioso. Se logran vínculos importantes y se conforman otros niveles de organización. Además, algo muy importante es que el hombre puede valorar el trabajo que hace la mujer en el hogar y confirmar que es algo muy valioso. dice Meza. "Estamos en un proceso de transición pero lo importante es que vamos avanzando".

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