El Rubius contra Mark Zuckerberg

¿Leen los androides novelas electrónicas?

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La revista de divulgación Popular Science ha publicado esta semana un perfil de Mark Zuckerberg, el fundador de Facebook, en el que enumera sus planes para el futuro. Sus ideas van más allá de los likes en las fotos de tus vacaciones y de saber tu número de teléfono: hay realidad virtual, domótica, la ambición de conectar a todo el mundo… Un par de líneas del texto me dan un poco de miedo:

Para Zuckerberg, la educación es otro problema de ingeniería. Igual que la investigación científica. Igual que todo. Ese es el núcleo de la Chan Zuckerberg Initiative: la idea de que los ingenieros pueden hacer progresar cualquier campo.

No tengo nada en contra de los ingenieros -aparte de que se ponen muy pesados cuando hablan de lo difícil que fue su carrera-, pero esta glorificación de su profesión y la pretensión de que pueden conseguirnos incluso la inmortalidad, me recuerda a La pianola, la primera novela de Kurt Vonnegut, en la que todo está controlado y gestionado por estos profesionales.

Por supuesto, es una distopía.

Hay cosas que las máquinas ya hacen mejor que nosotros, como recordar. Eso sí, nosotros aún somos mejores en usar la memoria de estas máquinas para escarbar en busca de porquería. Valga como ejemplo lo que le ocurrió a Éric Zárate, futbolista despedido del Lleida por haber escrito tuits ofensivos (y muy feos). Hace cinco años. Cuando tenía 15.

Ya lo hemos comentado en alguna ocasión: no te puedes equivocar jamás en redes sociales. Cualquier error se te echará en cara años más tarde aunque te disculpes o aunque borres los tuits: siempre habrá alguien que haya hecho un pantallazo. ¿Por qué? Porque nunca se sabe cuándo habrá que enfadarse mucho por lo que sea.

En el libro de Vonnegut, incluso los novelistas han de seguir las directrices de las máquinas, aunque al menos pueden seguir escribiendo. A alguno le puede parecer una idea absurda, pero lo cierto es que ya hay textos de ficción escritos por ordenadores. Y existe un programa que se inventa chistes. De momento, son muy malos y se basan en juegos de palabras difícilmente traducibles. Lo voy a intentar.

-¿Cómo llamas a un tren deprimido?

-Una locobajona.

No me miréis así, haced el favor. Ya avisé antes.

Total, que las máquinas aún están lejos del ingenio desmesurado que es el responsable de maravillas como este tuit de El Rubius, el más compartido en español en esta red social.

Puede parecer que no es un buen ejemplo, pero sí lo es, y mucho: ese tuit se ha compartido más de un millón de veces no solo porque está relacionado con un sorteo (que también, claro) sino porque hace referencia a una broma privada entre el youtuber y sus 20 millones de seguidores. No sé hasta qué punto ya deja de ser privada con tanta gente en medio, pero bueno, ahí hay mucha complicidad. Bueno, vale, y un sorteo de consolas. Pero también complicidad.

¿Llegarán las máquinas a superar a El Rubius en retuits? No lo sé, pero no me extrañaría. En todo caso, que los algoritmos puedan hacer algo no significa que nosotros tengamos que dejar de hacerlo. Siguiendo con el tema de la escritura, esta semana se ha compartido mucho en Medium un texto titulado “Blog, You Idiots” ("bloguead, idiotas"), en el que se nos anima a escribir.

“Ya no queda mucha gente que escriba bien online cada día”, comienza el texto, que quiere que escribamos, más que nada, para que todos podamos leer más. Es algo de lo que ya hemos hablado en Verne: aparte de ser divertido a la par que instructivo, leer es gimnasia para tu cerebro.

De hecho, esta semana se han publicado estudios que ahondan en la relación entre la literatura de ficción y la empatía: los libros nos abren a experiencias ajenas y nos enseñan a ponernos en el lugar del otro, incluso en el lugar de un robot. Por eso es bueno leer lo más variado posible, incluso forzándote a ello si es necesario.

La metodología de este último estudio se ha puesto en cuestión, pero, como dice Science of Us, “si eso anima a los que dedicamos una parte embarazosa de nuestros ingresos a las novedades de ficción, ¿sabes qué? Adelante”.

Cada vez se pone más en cuestión la importancia de los libros y de la literatura, hasta el punto de que hemos de recurrir a la ciencia para demostrar que las novelas son importantes, cuando debería bastar con las propias novelas. Por supuesto, hay libros que son una porquería y hay mucha gente muy idiota que lee un montón. Pero los libros, de entrada, están muy bien. No sé si leer es lo mejor del mundo -y si no te gusta, no pasa nada-, pero desde luego no hace falta que te disculpes por hacerlo. Eso sí, la literatura no obra milagros: dudo mucho que leer La pianola haga cambiar de opinión a Zuckerberg acerca de su paningenierismo. Igual incluso ya la ha leído y le dio ideas.

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