Mesas sin saleros: la iniciativa controversial para evitar los ataques cardíacos

Una diputada de Nuevo León fue criticada en redes por promover el retiro de los saleros en restaurantes, pero no es la primera en hacerlo

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Casi cada semana en las redes sociales en México surge una Lady y esta no fue la excepción. En esta ocasión el apodo de #LadySaleros lo recibió Alhinna Vargas diputada local de Nuevo León quien anunció en sus cuentas de Twitter y Facebook que había presentado una iniciativa para obligar a los restaurantes a retirar los saleros de sus mesas. La propuesta y su autora recibieron una ola de críticas e insultos. La mayoría la llamaba una idea ridícula y de poca consecuencia, pero no es la primera legisladora que busca alejar la sal de los comensales.

Desde 2013, unos 200.000 negocios en la Ciudad de México adscritos a la Asociación Nacional de Restaurantes y la Cámara Nacional de la Industria Restaurantera no colocan saleros en sus mesas por un acuerdo con la Secretaría de Salud de la capital. Esta decisión se tomó como parte de una campaña del gobierno para prevenir enfermedades relacionadas con el consumo excesivo de sodio. En una entrevista con El Universal, el entonces Secretario de Salud Armando Ahued dijo que tres de cada 10 mexicanos padece de hipertensión arterial, una de las consecuencias de alimentos con alto grado de sal.

“Es un hábito que pone en riesgo la salud, la ingestión excesiva de sodio puede ocasionar diversos problemas, principalmente, en la circulación, corazón y riñones”, explica a Verne vía correo electrónico Ricardo Heriberto Meza, director del Instituto Mexicano de Nutriología Clínica. “También puede ser causa de enfermedades como la obesidad, hipertensión, ataques cardíacos, accidentes cerebrovasculares, enfermedad renal, entre otras, las cuales pueden ocasionar la muerte”.

El Instituto Mexicano de Nutriología Clínica recomienda consumir menos de 5 gramos de sal al día, aproximadamente una cucharadita. “No obstante, es importante que un nutriólogo certificado valore la condición de la persona, edad, sexo entre otros factores para una recomendación más adecuada”, advierte Meza. Joel Estrada, cardiólogo del Centro Médico Nacional Siglo XXI, dijo a El Universal que quitar los saleros de las mesas y los hogares podría reducir el consumo excesivo de sal hasta en un 50%.

La medida de la Ciudad de México no es obligatoria para todos los restaurantes por lo no está sujeta a sanción. Incluso los establecimientos que se suscribieron a la medida pueden llevar un salero a la mesa si así lo solicita el comensal. El gobierno de Buenos Aires realizó un acuerdo similar con los restaurantes de la ciudad en 2011. En 2015, Uruguay le prohibió a sus restaurantes y escuelas poner sal en las mesas, así como la catsup y la mayonesa, también como una forma de prevenir enfermedades relacionadas con la alimentación alta en sodio.

La Ciudad de Nueva York ha encontrado que el problema no es tanto el salero sino los alimentos que son preparados con alto contenido de sal. Esta fue la conclusión del entonces comisionado de Salud de la ciudad Thomas Farley (ahora comisionado en Philadelphia) en una columna publicada en The New York Times en 2013. Fue por esa razón que el gobierno local impulsó una propuesta de ley para obligar a los resturantes colocar un ícono de salero junto a los alimentos con alto contenido de sodio en sus menús. La Ciudad tuvo una batalla legal con la industria restaurantera durante casi seis años por esta medida.

El sector argumentaba que una ley así atenta con la libertad de decisión de sus clientes y califican al gobierno de Nueva York como un Estado niñera, es decir, que no confía en el criterio de sus ciudadanos y cree necesario prohibir opciones por su bienestar. Ese mismo argumento lo ha utilizado la industria refresquera contra la medida del ex alcalde Michael Bloomberg de retirar los tamaños jumbo de bebidas azucaradas (más de 473 mililitros) de los restaurantes y tiendas de autoservicios. Esta propuesta no ha logrado convertirse en ley.

En junio de 2016, la advertencia entró en vigor después de su aprobación por una corte local. Los establecimientos que no incluyan este ícono o advertencia podrían pagar una multa de 200 dólares. Esta regla es la primera en su clase en Estados Unidos, según un reporte de Reuters.

Meza, del Instituto Mexicano de Nutriología Clínica, dice que iniciativas como esta son buenas, pero esta por si sola no resolverá los problemas de salud de los mexicanos. “Es importante que nutriólogos certificados recomienden actividad física y educación nutricional eficaz. Por otro lado, es importante que la información que se coloque dentro de los establecimientos, esté desarrollada por un equipo interdisciplinar y revisada por organizaciones relacionadas a la salud, nutrición y enfermedades para que tenga un mayor impacto”.

La diputada Vargas no respondió a las peticiones de entrevista de Verne.

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