La solidaridad de cuatro barceloneses con una anciana a la que le habían robado su muleta

Hablamos con los protagonistas del post que Ada Colau ha compartido en Facebook

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Este viernes tuvo lugar una historia con final feliz en Barcelona. La alcaldesa de la ciudad, Ada Colau, ha querido darle visibilidad y la ha compartido con sus 300.000 seguidores en Facebook. Trata sobre una anciana a la que robaron la muleta que necesita para caminar en una tienda de ultramarinos de la calle de Vila i Vilà. Varios vecinos la atendieron y se organizaron para comprarle otra. Entre ellos está el autor del post original, que la regidora ha difundido en Facebook con un pantallazo.

El autor del post es Ernest Marco, profesor de la Universidad Autónoma de Barcelona y miembro activo de Barcelona en Comú. Sin embargo, la historia no comienza con él, sino con una de sus vecinas, Mariana Hernández, una acupuntora madrileña de 34 años que desde hace siete vive en Barcelona. "Bajé a comprar unas cebollas cuando me encontré a la anciana llorando en mi tienda de siempre", dice Hernández, que atiende a Verne por teléfono.

"La pobre llevaba dos horas allí. Según ella, otra mujer le había robado la muleta en un momento de despiste. Sin ella, no podía caminar", comenta Hernández. La anciana no reveló su nombre, "así que la llamábamos 'la señora de la muleta'". "Se empezó a tranquilizar poco a poco cuando conseguimos que se sentara. Ella tenía claro que no se iba a ir de allí hasta que recuperase su muleta, no paraba de llorar", comenta.

"Ella decía todo el rato que estaba sola, que no tenía ni pareja, ni hijos que la pudieran ayudar. Sin la muleta, se sentía muy débil". En ese momento, en la tienda había varias personas discutiendo sobre posibles soluciones. Tanto hablar de muletas, una llegó pegada a un hombre. "En ese momento, Ernest Marco entró en la tienda precisamente andando con una muleta. Todos nos giramos a mirarle", dice Hernández.

Como no podía ser de otra forma, Marco se sorprendió. "Me acaban de operar; por eso voy con muletas. Iba a comprar judías, cuando me encontré con esa situación", dice el profesor universitario, que también contesta a las preguntas de Verne por teléfono. "Yo no podía darles mi muleta, pero había que encontrar alguna solución para esta mujer", dice.

Local en el que se produjo el robo de la muleta. Google Steet View

Ya había pasado una hora desde que Hernández llegó a la tienda. "En ese momento, ella empezó a llorar otra vez. Dije 'basta'. Llamé a mi amiga Adela, que tiene una farmacia aquí al lado, para saber cuánto nos podía costar una muleta. Me dijo que unos trece euros", añade Hernández. 'La mujer de la muleta' solo llevaba tres euros encima y la farmacia estaba a punto de cerrar.

"Lo hablamos y varios nos animamos a poner dinero", señala. Entre los contribuyentes, además de Marco, Hernández y su hermana, estaba uno de los trabajadores de la tienda, Mohamed Remez, un paquistaní que lleva ocho años en Barcelona. "Estaba muy nerviosa. Lo mejor era ayudarla. Llevaba dos horas en la tienda", dice Remez, que habla con Verne por teléfono porque Hernández ha atendido nuestra llamada mientras estaba comprando en su tienda.

Hernández y Marco no se conocían de nada, pero acudieron juntos a por la muleta. "En realidad costaba quince euros, pero después de contarle la historia no las dejó en trece", indica la acupuntora. Volvieron con la muleta a los pocos minutos: "No se lo creía. Se volvió a echar a llorar y nos dijo 'que Dios os lo pague con salud'". En menos de un día, la publicación de Colau en Facebook acumula más de 2.500 compartidos y 10.000 reacciones.

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