El arte es basura

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Cajas de cartón, chatarra, papeleras... en definitiva, basura. Hay un montón de arte urbano que es basura. Basura en el estricto sentido del término. Lo que vamos a ver son desechos que sirven de materia prima para construir obras efímeras. Solo gracias a la fotografía y a las redes sociales encuentran una forma de prolongarse en el tiempo.

Nikita Golubev, conocido como proboynick en Instagram, lleva un par de semanas ilustrando los coches más sucios de Moscú. Es una forma algo más estética que el típico "Limpia el coche, guarro" de toda la vida. Nos cuenta que está algo abrumado, porque jamás había recibido tanta atención por sus trabajos como ahora. Supone que lo original de la técnica pictórica, que solo le ha visto hacer a otro artista (Scott Wade), tiene mucho que ver con ello.

No son los únicos en encontrar belleza en la basura callejera. El español Francisco de Pájaro huyó de la crisis hacia otros destinos. Fue así como comenzó a disfrutar de más libertad a la hora de trastear con lo que se encuentra por ahí. Colchones, las típicas bolsas de basura negras y trozos de cartón tirados en Barcelona, Londres y Nueva York le sirven de inspiración para hablar del consumismo y la obsesión por el poder que domina nuestro presente.

Parece de broma, pero algunas de sus creaciones transmiten pura agonía. Lo hace a propósito. "Me gusta crearlas también para la gente que odia verlas, para aquellos esnobs que se creen mejor que otros". Se lo ha contado a The Guardian. Lo de concebir y dejar sus obras en la acera sirve para que topen con ellas algunos de los que apoyan este sistema social que él critica. Su nombre artístico no deja lugar a dudas sobre su propuesta: Art is Trash (El arte es basura).

Los británicos Sue Webster y Tim Noble se las arreglan para reconvertir la basura en otra cosa; en concreto, en esculturas hechas de sombras. A simple vista, no nos dicen nada sus amasijos de desechos, sacados de la papelera de una familia cualquiera. Cuando se aplica un foco de luz sobre ellos, crean imágenes sorprendentemente humanas.

Juntos crean Shadow Sculptures su primera propuesta, lanzada a finales de los 90 y a la que deben su fama internacional. Son probablemente los creadores más cotizados de este subgénero basado en la basura venida a más, herederos oficiales de la gran estrella del arte contemporáneo Damien Hirst.

Del alemán Ich bin KONG seguro que has visto algo en tus redes sociales. Puede que sin saber que era suyo. Apenas necesita dos bolas de corcho y algo de imaginación para que todo tipo de contenedores públicos cobren vida. Pinta unas pupilas en el medio para que parezcan ojos y listo.

Se llama Timm Schneider y, para otra de sus propuestas, ha creado enormes pegatinas a semejanza de los mensajes de error de los ordenadores. Las coloca en los huecos donde debería haber carteles publicitarios que anuncian todo tipo de productos y espectáculos. Esos espacios quedan a menudo abandonados o descuidados. Son más basura que otra cosa. Con sus mensajes de error hace referencia también al desecho intelectual. Nos invita a resetear el cerebro, lleno de tanta información inútil.

Estudió márketing y publicidad, por eso replica este tipo de mensajes: imita la forma para criticar el fondo. En su perfil de Facebook hace un buen repaso a sus ideas.

Vidrio blanco, marrón y verde

Puedes ver más propuestas  de arte basura en la revista neoyorquina Complex -dónde vas a encontrar más despojos que en Nueva York-. En este artículo recopila 25 obras hechas con este material tan cotidiano en nuestras vidas. Jason Mecier aparece en el puesto 16 de la lista y es todo elocuencia. Que creara un retrato de la niña-reality Honey Boo Boo a partir de todo tipo de desechos de plástico resume en una sola imagen lo que es la cultura basura.

Selección del contenido y redacción de la carta: Héctor Llanos Martínez @HLMartinez2010

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