"¡Manolo, te haces la cena solo!": Cosas que se oyen en la manifestación del 8-M

"Mujer, si no luchas, nadie te escucha"

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Reuters

Una mujer intenta llegar a los andenes de la estación de Atocha (Madrid) el 8 de marzo a las 19 horas, pero no puede. Va en dirección contraria a la de miles de personas.

-¡Esta escalera es para bajar!

Esta vez no. Esta vez es para subir, como el resto de escaleras de la estación. Nadie coge el tren en Atocha, todo el mundo se baja para acudir a la manifestación que empieza la estación y termina en Plaza de España.

"Tú, tú, date la vuelta", dice una mujer a otra mientras suben por las escaleras mecánicas. Se lo comenta para que vea los andenes, donde no cabe una persona más. "No he visto esto así en la vida. Pero nunca, nunca. Haz fotos, que me he quedado sin batería", continúa. A pocos metros, otra mujer se lamenta porque se ha dejado "la pancarta en casa". "No te preocupes, que te dejo la mía", contesta su amiga.

Las manifestantes no esperan a llegar a la calle para empezar con sus cánticos.

-¡Aquí estamos, nosotras no violamos!

-¡No quiero tus piropos, quiero tu respeto!

-¡El patriarcado me da patriarcadas!

-¡Tranquila, hermana, esta es tu manada!

Una vez en la calle, en el inicio del Paseo del Prado, se puede ver que entre las manifestantes hay todo tipo de personas. "Cómo me gusta que estés aquí", le dice una mujer a una niña que lleva una pancarta con el lema: "RIP Patriarcado". Contesta con una sonrisa y mira a su madre, que ni siquiera se percata de la escena. Cerca hay un grupo de mujeres de unos 50 años, que mantienen una conversación entretenida:

Carlos Rosillo (EL PAÍS)

-Pues mi hija ha hecho huelga, pero no ha venido a la manifestación. Había quedado. Le dije que se iba a arrepentir.

-Y tanto. Yo no sé cuánta gente debemos ser. Si llevamos aquí 20 minutos y no avanzamos. Igual salimos en la tele.

No les faltaba razón. La manifestación avanzaba muy despacio. Madrid fue una de las 120 ciudades españolas en las que cientos de miles de mujeres salieron a la calle para protestar contra la discriminación:

-¡Ha llegado el fin del patriarcado!

Contra el acoso:

-¡Estoy hasta el culo de tanto machirulo!

Y contra la violencia:

-¡No son muertes, son asesinatos!

"Una de las cosas que más me sorprenden es la cantidad de personas mayores que hay. Creía que íbamos a ser todas jóvenes", dice una de las manifestantes, que lleva un símbolo del género femenino pintado en cada mejilla. Sorprenden las que están y no sorprenden las que no están:

-¿Dónde están? No se ven, las ministras del PP.

-¿Dónde está la ministra de Igualdad?

-¡Mariano, Mariano, metámonos en eso!

En la plaza de Cibeles, un hombre asegura que "en la celebración de la última Champions del Real Madrid no había tanta gente". Se escucha cada pocos minutos un cántico que castiga a los que pretendan infravalorar la dimensión de la concentración: "¡Luego diréis que somos cinco o seis!". Justo delante de la fuente hay una pancarta que muchos señalan. Tiene más poder simbólico por lo cerca que se encuentra del ayuntamiento de la capital:

Verne

Camino de Gran Vía, se escucha una de los cánticos más pegadizos. Hay que entonarlo con el ritmo de Carnaval, carnaval de Georgie Dann:

Igualdad, igualdad,

igualdad, te quiero.

No a la brecha salarial,

no a la brecha salarial,

igualdad queremos.

A la altura del edificio Metrópolis, una chica habla con otra muy enfadada: "Un amigo de siempre ha puesto hoy en Facebook que para cuándo el día del hombre. Qué pereza, de verdad". Su amigo le contesta como podría haber hecho cualquier manifestante: "¿De qué te sorprendes?". La banda sonora de la manifestación continúa de fondo:

-¡Bote, bote, bote, machista el que no bote!

-¡No es no, lo demás es violación!

-¡Ha llegado el fin del patriarcado!

OSCAR DEL POZO (AFP)

-¡Sola, borracha, quiero llegar a casa!

-¡No estamos todas, faltan las asesinadas!

-Norte, sur, este, oeste, ¡la lucha sigue cueste lo que cueste!

-¡Mi abuela luchó, mi madre luchó y aquí estoy ahora luchando yo!

-¡Mi cuerpo, mi vida, mi forma de follar no se arrodilla al sistema patriarcal!

Entre las frases más repetidas se cuelan algunas con un toque irónico que arrancan carcajadas entre las personas que las escuchan por primera vez:

-¡Manolo, Manolo, te haces la cena solo!

Machirulo, depílate tú el culo!

-¡Me aprieta el chocho la talla 38!

En los últimos metros de Gran Vía, el avance se para por completo. Después de varios minutos sin movimiento, surge un cántico para la ocasión:

Ahora que vamos despacio,

ahora que vamos despacio,

vamos a contar mentiras tralará,

vamos a contar mentiras tralará,

el patriarcado no asesina,

el patriarcado no asesina,

el estado nos protege tralará,

el estado nos protege tralará,

el estaaado noooos proteeeege.

En ese momento, una familia de turistas pasa por la acera con sus maletas. Hablan con acento argentino: "¿Por qué estarán protestando?", pregunta la mujer. Una manifestante pega un grito y la turista mira hacia ella: "Mujer, si no luchas, nadie te escucha". La turista no vuelve a preguntar.

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