Si eres como Jack Nicholson en Mejor imposible y, cuando te pones a pensarlo, te darían ganas de llevar a los restaurantes tus propios cubiertos, lee estos hechos no aptos para hipocondríacos (y olvídalos después). Cuidado con...
- Los teléfonos móviles. Acumulan bacterias habituales en la boca, la piel o las heces. Un teléfono tiene 18 veces más bacterias que la cadena del vater, según un estudio de la Universidad de Stanford, y otra investigación de la Queen Mary de Londres, uno de cada seis aparatos está contaminado por bacterias fecales.
- El hielo de los restaurantes. Una investigación del Daily Mail en 2013 concluyó que seis de cada diez restaurantes de cadenas muy populares tenían niveles de bactería en el hielo más altos que en muestras del agua del váter. Da grima, pero los resultados de las muestras no suponían "un peligro inmediato" para la salud. En casa se recomienda limpiar y desinfectar los recipientes de hielo cada vez que se usen.
- El cepillo de dientes. Gérmenes, hongos y virus habitan en sus cerdas y llegan porque en la boca, según este artículo de Muy Interesante, hay más microorganismos que cualquier otra parte del cuerpo. Bueno, eso y que podrían llegar hasta tu cepillo de dientes gotas minúsculas al tirar de la cadena del váter o al lavarte las manos.
- Los trapos de cocina y estropajos. Sus condiciones de humedad los hacen muy acogedores para microorganismos. Se dice que la cosa más sucia del hogar es precisamente la esponja de cocina. Limpiarla con frecuencia o utilizar un sistema de rotación con dos esponjas (teniendo siempre a mano una limpia y seca) son algunos de los consejos habituales. Otros: secarla en el microondas o en el lavavajillas en un ciclo de secado.
- La tabla de cortar. Acumula 200 veces más bacterias fecales que un asiento de inodoro. Tras cada uso, se debería meter en el lavavajillas o limpiar y desinfectar con agua caliente.
- Los platos y los juguetes de las mascotas. Se recomienda lavarlos una vez al día porque, según un análisis de la National Sanitation Foundation (NSF) de EEUU, son uno de los 10 lugares más sucios de la casa. Para limpiarlos, este organismo recomienda lavarlos todos los días, a ser posible con una gotita de lejía. Hay que lavarse las manos después de jugar con los animales, especialmente antes de comer.
- Máscara de pestañas. Tienen una caducidad de tres meses una vez abiertos. Acumulan bacterias que causan conjuntivitis y orzuelos.
- Cosas que todos tocamos. Los carritos de la compra, según la Universidad de Arizona pueden estar más sucios que un baño público. También pueden estar más sucios los botones de un cajero automático o el pomo de un apuerta. Más cosas llenas de gérmenes: el mando a distancia o la carta del restaurante.
- La ropa nueva. Nueva no significa limpia. Además de haber pasado por probadores y manos, acumulan bacterias. De ahí que se aconseje lavarla antes de estrenarla.
- El colchón. Aspirar a fondo el colchón, usar un cubre-colchón y lavar la ropa de cama a 55 grados centígrados, además de tener cuidado con los animales que se suban ayudan a luchar contra los ácaros. Y en la almohada también hay.
- Las manos. Lavarse las manos puede ser una de las cosas que llevas haciendo mal toda la vida: es una tarea que debe llevar al menos 15 segundos, como en este vídeo. Si es posible, utilizar una toallita de papel para cerrar el grifo.
- Y un consejo extra: cómo escoger el baño público más limpio. Suele ser el más cercano a la puerta, precisamente porque todo el mundo cree que es el más sucio. Forrar con papel higiénico la taza de un váter público no aisla de gérmenes. Y si estuviéramos en un festival y hubiera 100 baños deberíamos evitar los primeros 37 (según este análisis).
No pasa nada, ¿eh? Peor sería ponerse a pensar que en tu cara viven este tipo de ácaros: