Manuela Carmena quiere acabar con la democracia occidental, según Esperanza Aguirre. En su comparecencia del martes por la tarde, la presidenta del PP en Madrid ofreció al PSOE y a Ciudadanos la posibilidad de hacer un frente común para frenar a Podemos e impedir que Carmena llegue a la alcaldía de la ciudad. Aguirre explicó que “la izquierda radical es legítima representante de medio millón de madrileños…, pero que Madrid tenga una alcaldesa que quiere utilizar la alcaldía como trampolín para romper el sistema democrático y occidental, para llegar a ser la primera fuerza, debe hacernos reflexionar”.
Antonio Carmona, líder municipal del PSOE, rechazó en Twitter la oferta de Aguirre, mientras que Carmena recordó a Aguirre que sólo ha estado “fuera del sistema democrático cuando aún no lo había y estaba luchando por él”.
A muchos de los más de 500.000 votantes de Ahora Madrid (casi uno de cada tres del total) no les gustó que les llamaran “radicales”. Madrid con Manuela, el colectivo que recogió ilustraciones para apoyar a la candidata de Ahora Madrid, anunció en Facebook que había abierto un Tumblr, Gente radical haciendo cosas, y lanzado un hashtag, #YoSoyRadical, que muchos ciudadanos usaron para compartir fotos en las que se les podía ver preparando la revolución bolchevique y conspirando para acabar con la democracia occidental. Por ejemplo, en esta imagen vemos a una (o un) peligroso comunista comiéndose un After Eight antes de las ocho (¿es legal?).
Y hay más ejemplos en este Tumblr cuyo objetivo es recordar, muchas veces con humor, que esa gente supuestamente radical es de lo más normal.
La referencia en esta última imagen a Enrique Tierno Galván, alcalde de Madrid entre 1979 y 1986 no es casual. El político y profesor reivindicó el término radical en una entrevista que se recordaba y compartía en Twitter, y en la que afirmaba que “radicalizarse es perder el miedo”. Está extraída de Conversaciones en Madrid, de Salvador Pániker.
En Twitter, el hashtag se ha compartido más de 24.000 veces desde anoche, según Topsy. Los mensajes también recogen imágenes cotidianas y humor, sin olvidar, en ocasiones, la denuncia.