En ocasiones veo caras (en internet)

Las pareidolias -y en especial cuando se trata de caras- fascinan también en las redes sociales

Uno de los ejemplos más famosos. Extraído de 'Faces in Things'

La pareidolia es uno de los efectos psicológicos favoritos de internet. Consiste en ver una forma reconocible donde sólo hay algo vago y difuso. Como cuando jugamos a ver formas en las nubes. Y la variante de la pareidolia que parece gustar más es cuando vemos caras donde no las hay.

Quizás uno de los ejemplos más famosos es el de la cara de Marte, un accidente geográfico de 3 kilómetros de largo que se hizo famoso tras las fotos que tomó el Viking 1 en 1976 y que más de uno creyó que era una prueba de que había (o había habido) civilizaciones en Marte. La Mars Global Surveyor dejó la foto en una decepcionante mancha ya reconocible como algo parecido a una meseta.

Esta es la cara de Marte, tal y como la fotografió el Mars Reconnaissance Orbiter. En la esquina inferior derecha, la fotografía de 1976

La pareidolia explica que veamos al monstruo del Lago Ness en una sombra, al diablo en el humo de las Torres Gemelas, toda clase de imágenes en las manchas de los test de Rorschach y la cara de Jesús en una tostadas (incluso en un cheeto). A veces, hay que echarle mucha imaginación, como en la foto de un bollo que publicó The Telegraph y en la que, en teoría, podíamos ver a la Madre Teresa de Calcuta.

También reconocemos como caras una composición tan sencilla como un triángulo formado por dos puntos arriba y uno abajo. Y si nos da la impresión de que ese triángulo nos mira (cuando los dos puntos superiores están más o menos a la altura de nuestros ojos), nos comportamos de forma más honesta. En serio.

No vemos caras en todas partes porque suframos alucinaciones, ni mucho menos, sino porque es algo natural: Carl Sagan escribía que nuestro cerebro está programado para reconocer los rostros. Cuando un bebé ve una cara, sonríe con más frecuencia y eso hace aún más fácil generar vínculos con sus padres. También es importante saber reconocer los demás gestos que puede mostrarnos un rostro.

Además, el cerebro regula esta tendencia y sabe cuándo se trata de una cara humana o sólo de un efecto óptico. Lo hace a través de una región llamada giro fusiforme, que cuando está dañada puede provocar prosopagnosia, ceguera a los rostros.

Así pues, la pareidolia se convierte a menudo en un juego. También en redes sociales. La estrella en Twitter es Faces in Things (caras en cosas), una cuenta con menos de 750 tuits, pero más de medio millón de seguidores en la que recopila, como su propio nombre indica, pareidolias. Muchas de ellas las hemos visto antes en toda clase de foros y páginas de internet.

Por el amor de Dios, ¡sácamelo!

La lavadora borracha.

Mi café estaba tan contento como yo.

Algunas células de hierba felices bajo el microscopio.

¡¡¡¡¡AAHHHHHHH!!!!!

Esta magdalena de arándanos es exactamente igual que este perro.

Esta casa parece sospechar de algo.

Oh, oh... Creo que viene el camión de reciclaje.

Me pregunto si tendrá la nariz mocosa a menudo.

Por supuesto, esta cuenta no es la única que publica ejemplos de este fenómeno psicológico.

En Facebook también encontramos ejemplos.

Como es natural, las pareidolias también tienen una presencia destacada en Instagram con hashtags como #pareidolia #iseefaces y #avecesveoveocaras, con la gracia añadida de que conocemos a sus autores.

La etiqueta pareidolia en Flickr nos muestra unos cuantos ejemplos más, también con autor reconocido.

Las pareidolias tienen su propio subforo en Reddit, con más de 100.000 suscriptores y con ejemplos como estos:

No os vayáis todavía, que aún hay más: Pinterest cuenta con tableros dedicados por entero a las cosas que parecen caras.