Una queja habitual de muchos usuarios de Twitter es el plagio, sobre todo en el caso de las cuentas que copian sistemáticamente tuits populares con el objetivo de conseguir seguidores y después vender publicidad.
Hace unos días, Twitter ha comenzado en Estados Unidos a ocultar textos plagiados. Tal y como recoge The Verge, todo ha comenzado con la periodista y guionista Olga Lexell, que se quejó por la copia de un tuit. La red social ocultó los plagios al cabo de unos días sin hacer más preguntas a la autora. El texto fue sustituido por la frase “este tuit ha sido bloqueado en respuesta a un aviso de la titular de los derechos de autor”.
"Twitter está ocultando los tuits tras un informe de plagio. Y se refiere al autor como el 'titular de los derechos de autor'".
Aunque de momento esto sólo está ocurriendo en Estados Unidos, las normas de Twitter dejan claro que la empresa responderá “a avisos claros y completos de presuntas infracciones de los derechos de autor”. Estas quejas se han de presentar a través de un formulario mucho más largo y completo que el clásico “report for spam” que se puede hacer desde el propio tuit. La empresa no ha querido hacer a Verne ningún comentario oficial, pero nos ha remitido a sus explicaciones más detalladas sobre los derechos de los autores en esta red social.
A pesar de que tanto este texto como el formulario hacen referencia a la normativa estadounidense y están en inglés, deberían ser aplicables también a los tuits publicados en España, tal y como nos explica David Maeztu, abogado especializado en propiedad intelectual. La duda es saber si un tuit “se puede considerar o no una obra”, cosa que “no depende tanto de la extensión como del contenido”. Según Maeztu, un tuit como “hoy voy a coger un avión” no entraría dentro de esta categoría, pero sí podría hacerlo cualquiera de los comentarios jocosos habituales en esta red.
Con independencia de los mecanismos que habilite la red social para ocultar textos o bloquear cuentas, el autor de un tuit podría llevar a los tribunales a una cuenta por un plagio. “Allí se discutiría si ese tuit es o no una obra y si es un plagio o una coincidencia”.
Llevar a los tribunales a un tuitero que nos ha plagiado un chiste malo puede parecer ridículo, pero el asunto tiene más implicaciones cuando se trata de las cuentas que plagian sistemáticamente. En caso de una infracción contra la propiedad intelectual, se podría establecer una indemnización económica, “que se pagaría a quien demanda y en la parte en la que resulte afectado”, explica Maeztu. Es decir, podríamos estar hablando de cantidades muy pequeñas por cada tuit, pero importantes en total.
Y si se demuestra “ánimo de lucro indirecto” -por ejemplo, en el caso de las cuentas que quieren conseguir seguidores para así vender publicidad-, se podría tratar de “un delito contra la propiedad intelectual” y de una posible pena de prisión “de entre seis meses y dos años”.