Ocurrió el pasado 30 de Julio en Kilis, una ciudad al Este de Turquía, cerca de la frontera con Siria. Fethullah Üzümcüoğlu y Esra Polat, dos recién casados, en lugar de festejarlo con sus familiares y amigos decidieron invertir lo que podrían haber destinado a su banquete de bodas, en comida para miles de sirios que han huido de la guerra en su país.
"Aunque esta bonita historia sea difícil de creer, es cierta", escribe a Verne, desde Turquía, Hatice Avcı en representación de Kimse Yok Mu, la organización elegida por los novios para lleva a cabo el reparto de comida.
La portavoz de esta ONG explica que el padre del novio es uno de los más de 200.000 voluntarios de la organización y que fue él quien le planteó la idea a su hijo, después de trabajar muy de cerca con los refugiados sirios en esta zona de Turquía. Aunque en un principio la pareja acogió la propuesta con sorpresa, en su opinión quedaron muy satisfechos con el resultado. "La pareja sirvió un plato muy apreciado por el pueblo sirio que se llama Lebeniye y que lleva yogur, pollo, arroz y garbanzos", detalla.
Los refugiados agradecieron el gesto de los novios, que no solo contribuyeron económicamente al reparto de comida sino que se trasladaron a la cocina móvil instalada en las inmediaciones del campamento para repartir ellos mismos los platos. A través de esa cocina Kimse Yok Mu, que trabaja en colaboración con las Naciones Unidas y está presente en 110 países, ha distribuido más tres millones de porciones de comida caliente en su historia.
Desde la organización creen que esta iniciativa, además de ser un ejemplo de bondad desinteresada por parte de la pareja -esos gestos que en internet se suelen alabar porque ayudan a 'recuperar la fe en la humanidad'- contribuye a que se preste atención a los problemas de los refugiados. Problemas que, según señala Hatice Avcı pasan por la escasez de comida, ropa, refugio... "Y sobre todo, por otorgarles una perspectiva de futuro, pues para ellos ahora es totalmente incierto. En ese sentido tratamos de que los niños sirios tengan acceso a la educación a través de nuestras escuelas en Kilis y Yayladağı, gracias al trabajo desinteresado que realizan los maestros de estos centros".