Él también fue refugiado: La experiencia de un vietnamita nos recuerda por qué es necesario acoger

Su familia llegó al Reino Unido hace 31 años y se encontró con una generosidad que ha podido devolver

Por mucho que leamos noticias todos los días y veamos imágenes de los sirios intentando llegar a la Unión Europea, es difícil imaginarse hasta qué punto es importante acoger a alguien que viene de una zona de conflicto. En ocasiones, la mejor manera es ponerle nombre y apellido al drama de los números. Para muchos habitantes de Reino Unido, ese nombre en los últimos días ha sido Tat Wa Lay, un joven vietnamita que llegó a Inglaterra hace 31 años y que ha contado su historia a través de Facebook.

[Sigue leyendo el tema después del post y su traducción].

En 1984 mi madre llegó al Reino Unido con otros 89 refugiados vietnamitas conocidos como “la gente del barco”. Con sólo su ropa en una mochila y sus cuatro hijos, se enfrentó a los vecinos de unas viviendas públicas. No sabía inglés y esperaba hostilidad y racismo.

Y entonces ocurrió esto.

Un joven desaliñado se acercó, se quitó su abrigo y se lo dio a los refugiados, que estaban congelados. Un gesto conmovedor que el resto imitó en seguida.

Después la gente fue a casa a buscar la ropa que no necesitaba y se la dio a los refugiados. También se aseguraron de que todo el mundo tenía agua y comida.

Mi madre nunca ha olvidado ese momento, cuando pudo usar el abrigo para que sus hijos dejaran de tiritar. Mi hermano todavía recuerda el calor que le dio ese abrigo y lo conserva en su corazón incluso hoy día.

Estas son las cosas que hacen los británicos y que les hacen realmente británicos.

En mi familia nunca hemos olvidado lo que Inglaterra ha hecho por nosotros. Y como nos dejasteis entrar, hemos podido devolver mucho a vuestro país.

Nos disteis sanidad pública. Mi familia os dio tres médicos. Uno de ellos ha comenzado a trabajar en el hospital de Southmead.

Nunca robamos vuestros empleos. Creamos los nuestros y os dimos algunos. Mi familia abrió 10 locales de manicura, tres restaurantes y 14 locales de comida china para llevar. Hicimos esto para ofreceros comida estupenda y para mantenernos a nosotros mismos.

Por favor, tomaos un momento para pensar en los refugiados sirios y pensar: ¿Qué es lo que os hace británicos?

El texto, subido a Facebook el sábado 5 de septiembre, se ha compartido más de 114.000 veces en cuatro días y hasta este miércoles tenía más de 180.000 likes. La BBC ha recogido la historia de Tat Wa Lay. Según cuenta la noticia del medio británico, el joven vive ahora en Ho Chi Min, la capital de Vietnam.

Tat Wa Lay ha contado a la BBC que en 2010 regresó por primera vez a Vietnam buscando sus orígenes y que ahora desarrolla aplicaciones para iPad para que los niños aprendan inglés. También que nunca imaginó que su publicación llegara a tener tanta repercusión. "Cuando lo compartí en mi página de Facebook solo quería llegar a todas esas personas que tienen una opinión negativa sobre la actual crisis de refugiados. Supongo que quería cambiar su forma de pensar, para decirles que los refugiados no son realmente malas personas y que tenemos mucho que devolver a la sociedad".

Tat Wa Lay durante su graduación, en 2012

Su muro se ha convertido también en un lugar en el que muchos han querido agradecerle su texto. El joven también ha dicho que un antiguo vecino suyo, con el que tuvieron problemas por ser refugiados cuando vivían en Bristol, lo había contactado para pedirle perdón a raíz de que el texto se viralizara. El mensaje de Tat Wa Lay a los británicos, en sus propias palabras, es: "La felicidad viene de hacer felices a los demás".

Y, por si no has visto aún este tuit (que en una semana ha conseguido más de 13.300 retuits), este es otro gran ejemplo de un hijo de migrantes. Esta vez, además, sirios.