Artículo patrocinado por Vive Ahora Talent de Ron Barceló.
Te puede parecer lógico: dos cabezas piensan (y crean) mejor que una. Sin embargo, la experiencia nos demuestra que no siempre se ha creído en ello a pies juntillas: al fin y al cabo, el “héroe solitario” o el genio aislado del mundanal ruido son tópicos de la literatura popular desde tiempos inmemoriales.
Pero los tiempos cambian, y la ciencia comienza a sospechar que no solo el trabajo técnico y físico se hace mejor en equipo, sino que el cerebro humano está preparado para crear de ese modo. En la última década han surgido nuevas corrientes de pensamiento que hablan de que es imposible entender las reacciones individuales del cerebro sin tener en cuenta que somos personas sociales.
Por eso está volviéndose a hablar de las parejas en lo creativo, de cómo influyen en la creación de una obra y de cómo surgen de los lugares más insospechados. En este artículo de Slate, Two is the magic number, por ejemplo, se habla de cómo siempre hemos entendido la escritura como algo solitario, pero sin sus respectivos editores y el esfuerzo que pusieron en una obra ajena, autores como Jack Kerouac o Thomas Wolfe habrían quedado en nada. Eso por no hablar de la compleja red de influencias que pesan en el proceso creativo: a nadie le sale el talento de la nada.
Inspirado por este espíritu surge Vive Ahora Talent de Ron Barceló, una oportunidad única de convertir tu pasión en tu trabajo. Para motivarte viendo lo lejos que se puede llegar trabajando en conjunto, te homenajeamos a continuación las parejas de creadores más significativas. Porque es complicado generar una obra maestra en la más absoluta soledad y porque, bueno, siempre es más divertido, ¿no?
1. John Lennon y Paul McCartney
Quizás una de las parejas que más literatura han generado a su alrededor. Tendemos a recordar las canciones de los Beatles como “una de Lennon” o “una de McCartney”, pero lo cierto es que ambos reconocieron en numerosas entrevistas que las canciones del grupo eran siempre una composición colectiva, entre retoques, comentarios y discusiones. Mucho tiempo después de su amarga separación artística, tanto Lennon como McCartney eran capaces de recordar qué momento de cada canción podía adjudicarse a cada uno de ellos. Y teniendo en cuenta el redondísimo resultado de las canciones de los Beatles, esta colaboración y lo que ha rendido en materia musical puede considerarse todo un milagro.
2. Frida Kahlo y Diego Rivera
Uno de los más famosos y fructíferos matrimonios entre pintores. Y también de las parejas creadoras más tumultuosas y productivas. Rivera era veinte años mayor que Kahlo, y cuando se casaron en 1929 él ya era un clásico de la pintura mejicana. Rivera fue el responsable de que Kahlo se tomara en serio la pintura y también de la creación de esa estética chillona y particular de la artista, inspirada en el folclore y el vestuario precolombino. En lo personal, ambos fueron tremendamente infieles (Rivera, incluso con la hermana de Kahlo), y Rivera llegó a pedir a su doctor una nota que advirtiera de que le resultaba "físicamente imposible" ser fiel. Mucho de ello se refleja en obras como Autorretrato en la frontera entre el abrazo de amor de el Universo, la Tierra (México), Yo, Diego y el señor Xólotl.
3. Picasso y Georges Braque
Al artista malagueño siempre se le conocieron una serie de parejas que, más allá del papel de “musa” que, por ejemplo, Gala tenía con Dalí, influyeron y aportaron a su obra de manera extraordinaria. Por ejemplo, Dora Maar, antes de que ella perdiera la razón. O Françoise Gilot, que también produjo una interesante obra por sí misma. Sin embargo, su pareja creativa más interesante es Georges Braque, que vivió con Picasso entre 1908 y 1914 en Montmartre. Aunque luego los laureles los recibió Picasso, entre ambos crearon el cubismo, después de que Braque quedara fascinado con un lienzo con el que experimentaba Picasso, el famoso Las señoritas de Aviñón.
4. Stan Lee y Jack Kirby
Stan Lee es el creador de personajes superheroicos más importante de la historia del comic. Prácticamente todas las primeras décadas de la Marvel son cosa suya. Jack Kirby fue responsable, en buena medida, de que los superhéroes en los sesenta y setenta se orientaran hacia la atmósfera cósmica y psicodélica. Juntos crearon a iconos como Thor, los Vengadores, Hulk, los primeros X-Men... pero sin duda el momento en el que transformaron la industria para siempre fue en 1961, cuando concibieron Los Cuatro Fantásticos, perfecto equilibrio de lo galáctico y lo culebronero tan propio de Marvel.
5. Penn y Teller
Esta pareja de magos de Las Vegas lleva trabajando en pareja desde finales de los setenta. Aseguran que nunca han sido amigos íntimos, y que ahí está el secreto de su longevidad artística. Penn es enorme y verborreico (aunque recientemente ha perdido unos cuantos kilos), Teller es bajito y silencioso, y tienen un estilo humorístico y salvaje que se basa en desvelar cómo se hacen los trucos tradicionales de magia... para luego complicarlos más aún. También han hecho mucho por la lucha contra los estafadores disfrazados de mediums, al más puro estilo Houdini, y son defensores del estilo de vida libertario, muy extendido en Estados Unidos y que propagaron durante casi una década en su sensacional serie de documentales Bullshit!
6. Steve Jobs y Jonathan Ive
Juntos convirtieron Apple en lo que es hoy: una multinacional del diseño y la tecnología capaz de influir en los gustos y costumbres de medio mundo. Eran la pareja perfecta: uno el rostro y las relaciones públicas de la compañía, otro el que en la sombra diseñaba (y sigue diseñando) el iMac, el iPod, el iPhone o el iPad. Apple le debe tanto a la obsesión de Ive por la sencillez y por prescindir de lo superfluo como a la inigualable visión comercial de Jobs.
7. Marina Abramovic y Ulay
Complicadísima relación la de esta pareja de performers cuyo idilio siempre ha estado vinculado al arte más extremo y a la interpretación de sus cuerpos como lienzos donde desarrollarlo. Cuando se conocieron, Marina estaba desnuda en público y se dibujaba una estrella en el vientre con una cuchilla. El dúo artístico que crearon tras enamorarse se llamaba El Otro y los mantuvo juntos doce años. Se dieron bofetadas durante media hora, se ataron espalda con espalda durante 17, perdieron el sentido besándose y ayunaron 16 días hasta que a él le ingresaron en el hospital, caminaron 2.500 kilómetros para abrazarse, se separaron 23 años y se reencontraron en el MoMA.
8. Salvador Dalí y Luis Buñuel
La mítica Residencia de Estudiantes madrileña que daría pie a la Generación del 27 literaria también vio nacer una de las parejas artísticas más rotundas y revolucionarias de la España moderna. De personalidades opuestas (hiperactivo y atlético Buñuel, tímido y retraído Dalí), juntos dieron luz a dos obras maestras del cine vanguardista español: Un perro andaluz, que aún hoy sigue siendo perturbadora e inquietante, y La edad de oro.
9. Luis García Berlanga y Rafael Azcona
Berlanga no fue el único director español al que estuvo vinculado el guionista Azcona (también trabajó con Saura, Ferreri, Luis García Sánchez...), pero sí con el que firmó sus obras más populares, auténticas joyas de la comedia crítica y demoledora española. Empezaron a colaborar en 1959 y acabaron en Moros y cristianos (1987), y entre medias, rubricaron Plácido, El verdugo, la trilogía de La escopeta nacional, La vaquilla y la rarísima Tamaño natural, entre otras. Dos genios del claroscuro español más amargo y desternillante.
10. Anaïs Nin y Henry Miller
Una de las relaciones más profundas y eróticas que ha dado la literatura, a manos de dos escritores, además, capaces de inflamar el papel con sus altovoltaicos relatos de pasión erótica. Cuando se conocieron en París, Miller vivía prácticamente como un vagabundo, y cuando hizo acto de presencia la mujer de Miller, June, iniciaron una relación triangular. Gracias a Anaïs Nin Miller pudo financiar la publicación de su Trópico de Cáncer, y las obras de ambos quedaron profundamente marcadas por la intensa relación epistolar que mantuvieron durante décadas. No llegaron a colaborar en una creación común, pero las obras de ambos están marcadas por una relación que se inició, para empezar, porque les gustaban los mismos libros.