Thomas Stewart es un fotógrafo profesional de bodas que harto de lo que veía ceremonia tras ceremonia el pasado 6 de noviembre se desahogó en su perfil de Facebook: "Bueno, he tenido suficiente. Quiero hablaros del uso de los móviles y las cámaras que los invitados hacen en las bodas", arrancaba su alegato. "Os lo voy a suplicar y voy a hacerlo de una forma muy sencilla: novias y novios, por favor, optad por una ceremonia de boda totalmente desconectada". Y como una imagen vale más que mil palabras, Stewart ilustra su escrito con una foto en la que el novio tiene que echarse a un lado para apreciar la llegada de la novia porque el pasillo está repleto de gente haciendo fotografías con sus teléfonos móviles. "Esto es penoso", escribía.
La imagen, tomada en una de las bodas que el fotógrafo ha cubierto en Australia, ha recibido en tres días el 'Me gusta' de 89.000 personas. Stewart señala que no quiere culpar a estos invitados en particular sino ahondar en una cuestión en la que él, dice, tiene parte de responsabilidad como profesional. "A partir de ahora voy a tomármelo muy en serio" y pasa a estructurar en cuatro puntos sus 'peticiones' a los novios, entre ellas incluir una mención especial en las invitaciones. En su opinión cualquier cosa vale con tal de lograr una fiesta sin tablets y smartphones. "¡Contratad un avión para que lo escriba en el cielo!", bromea.
En el alegato, Stewart dedica también unas palabras a los asistentes: "Habéis sido invitados a la boda para compartir y celebrar el amor entre dos personas. No os invitaron para que saquéis unas fotografías que probablemente no llegarán a ver nunca. Sois testigos de su matrimonio así que, por el amor de dios, mirad con vuestros ojos y mentes, no con vuestros teléfonos".
Este discurso a favor de las bodas libres de móviles y otros aparatos que puedan eclipsar la emotividad del momento, ha reabierto el debate en las redes sociales sobre si estamos obsesionados por fotografiar lo que vivimos en lugar de disfrutarlo. Basta con leer parte de los 26.000 comentarios al post, algunos de ellos acompañados de ejemplos gráficos de otras celebraciones que van en la misma línea.
En septiembre una foto tomada durante la presentación de la película Black Mass en la que una anciana era la única que observaba plácidamente la escena, sin un móvil en sus manos para inmortalizar el momento, fue objeto de una polémica similar en Twitter.