Hace 25 años finalizaron las emisiones en España de Cristal, la que es la telenovela más exitosa en la historia de nuestro país. Esa sobremesa otoñal, las calles quedaron vacías y el género del culebrón pasó de ser popular a convertirse en un fenómeno social. ¿Por qué los españoles nos enganchamos a sus tramas como nunca antes? La casualidad, la televisión como medio de masas definitivo y temáticas más arriesgadas que de costumbre fueron algunas de las razones de su éxito.
Rodada en 1985 en Venezuela, llegó al público español con cinco años de retraso; fueron 246 capítulos de sufrimiento hasta lograr ver juntos a Cristina y Luis Alfredo (interpretados por Jeanette Rodríguez y Carlos Mata). Comenzó a emitirse en las mañanas del segundo canal de Televisión Española y pronto pasó al primer canal y al horario de tarde. El cambio de franja llegó cuando la esposa de un ejecutivo de la cadena pública se hartó de programar el VHS para grabar los capítulos emitidos por la mañana, apuntaba en 2012 Alberto Ferreras en la revista Vanity Fair. Siguieron el desenlace de la serie, la primera de este estilo en programarse en horario de tarde, una media de 8,7 millones de personas. Supuso el 85 por ciento de aquellos que veían televisión en ese momento en una España ya con más de dos canales.
De hecho, la llegada de las cadenas privadas a nuestro país ampliaba la supremacía televisiva sobre la cultura popular, una de las claves del fenómeno social. La enorme repercusión de Cristal anunció en su momento "la integración de las masas en la modernidad", no tanto a través de la cultura escrita como del lenguaje audiovisual, apunta un ensayo del Real Instituto Elcano.
El enorme seguimiento de las desventuras de la pareja, ante la atenta mirada de una perfecta villana como era Victoria Ascanio, evidenciaba la creación de un televidente relativamente pasivo, con limitado tiempo libre, globalizado y sin apenas diferencias sociales a la hora de recibir mensajes culturales, explica la antropóloga social Marta Raimondi, autora del texto para el Real Instituto Elcano.
Cristina es una aspirante a modelo recién salida de un orfanato que encuentra la protección profesional de la poderosa Victoria Ascanio (Lupita Ferrer). La joven se enamora de Luis Alfredo, el hijo adoptivo de su jefa y comprometido con una rica aristócrata. La protagonista termina como madre soltera, sin trabajo y descubriendo que su madre biológica es la propia Victoria. La esposa de cualquier ejecutivo de TVE y su asistenta estaban igual de enganchadas. Más todavía si llegan a saber que, tras las cámaras, la "pelea de gatas" entre las actrices era casi tan intensa como la de sus personajes. Lo cual es mucho decir, si visionamos uno de los momentos álgidos de la serie, en el que hay más lágrimas que laca.
Las tramas de Cristal abordaban además temáticas más arriesgadas de lo normal para este formato, coqueteando con el adulterio y el incesto, algo no tan normal en aquella época. “Los cambios más notables en las nuevas telenovelas son su espíritu de emulación de las grandes soaps norteamericanas -Dallas, Dinastía-, el mayor uso de exteriores, los temas más crudos y los personajes más jóvenes. Antes, eran más románticas y escapistas”, decía la creadora de Cristal, Delia Fiallio, a El País días antes del estreno de la serie en España. A pesar de todo, el final fue feliz y terminó en boda.
La escritora cubana, licenciada en Filosofía y Letras por imposición familiar y afincada en Miami desde la década de los 60, se encargó de explicar ella misma el fenómeno tres años después. Lo hizo en los cursos de verano de El Escorial, donde impartió la conferencia titulada Técnica, intuición y emoción en la creación literaria. La clave, contaba la escritora, no era otra que recurrir a las emociones más primarias con la mayor credibilidad posible. El escritor ha de sufrir llorar, reír junto a sus personajes (y a su audiencia).
Desde aquel 1990, han surgido ramificaciones del género, como las narconovelas mexicanas, y otros países como Turquía han entrado a competir en el mercado global. De todos modos, el formato sigue siendo el más producido en Iberoamérica, según el Observatorio Iberoamericano de Ficción Televisiva, Obitel.
La creadora de Cristal confirma a la prensa latinoamericana que hay muchas posibilidades de que el culebrón llegue en breve al cine. Asegura que se mantendrán algunas de las señas de identidad de la serie: seguirá ambientada en los ochenta y sonará de nuevo la mítica melodía de "Mi vida eres tú" de Rudy La Scala, que de seguro le ha venido a más de uno a la cabeza al leer este artículo.