El albur es el lenguaje reconocido por los mexicanos como uno de los principales valores culturales y lingüísticos, en el que el doble sentido, el ingenio verbal y las connotaciones sexuales son sus principales pilares.
Ahora que en México hay un auge del stand-up comedy, fuertemente influenciado por el que se hace en Estados Unidos, la variedad de temas y estilos amenazan la hegemonía del albur como forma de humor.
Para el cómico Héctor García salir de esa cuadratura no es tan fácil, ya que “la cultura mexicana, y latina en general, disfruta de los dobles sentidos. Siempre ha encontrado humor en lo prohibido o lo pícaro y las connotaciones sexuales caen en esas categorías. El llamado humor fácil es precisamente fácil porque ha sido programado en la conciencia colectiva de los mexicanos”, dice este humorista a Verne.
El lingüista Mauro Mendoza reconoce que "el albur ha sufrido transformaciones. De la época en que el cantante Chava Flores componía a la actual, el ingenio empleado en el albur es menor y de presentar complejidad ha devenido en una especie de corpus cerrado en el que el juego se convirtió en la repetición de frases hechas. Ha disminuido el ingenio alburero", comenta.
Esa transformación del albur de la que habla Mendoza ha permitido que se exploren posibilidades que han dado lugar a un estilo más genuino. Hay casos excepcionales como los de Tin Tan, Clavillazo o Piporro. O como el de Memo Ríos, quien ha recibido tomatazos y aplausos a partes iguales por su estilo durante más de tres décadas.
“El albur se conoce poco fuera de México, pero sigue aquí vigente, aunque existen grandes comediantes que han triunfado sin hacer albur. Cantinflas es uno de ellos. Lo que hacen es crear un ser especial que puede decir sus cosas. Es un escape y arma para darle mensajes a la sociedad. Entre todas esas babosadas hay algo importante”, dice Ríos.
¿Se puede escapar del albur?
Algunos comediantes coinciden en pronosticar un menor papel protagonista del albur y la connotación sexual como principales armas de la risa en México.
"Francamente las vulgaridades a mí no me dan risa. Yo hablo de lo que me da risa a mí, y eso se transmite a mi público”, afirma Luiki Wiki, uno de los nuevos comediantes en la escena local del humor mexicana. Wiki se planteó que desde un principio quería hacer comedia tirando al absurdo y al humor negro, pero sin caer en lo vulgar.
Otros como El Chaparro Salazar, Manchita, Pablo Araiza o Diego Zanassi son ejemplos de que se puede hacer humor mexicano sin estar completamente casados con el albur. Lejos de erradicarlo, lo están diversificando.
Héctor García argumenta que su estilo es "muy nerd. Somos muchos geeks en la escena de stand-up en México. También intento mantener el humor limpio, algo que pueda ver toda la familia. Y no es por pretencioso, pero ya digo muchas groserías en la vida como para también decirlas en el escenario", señala.
Aunque estos cómicos intenten escapar de las referencias sexuales propias del albur, es probable que no merme su importancia en la cultura nacional. Como dice Mauro Mendoza: "No creo que esto modifique en buena medida el humor del mexicano. Los principios que sustentan el albur, así como sus motivaciones culturales, permanecerán aún durante largo tiempo en la sociedad mexicana".
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