La R romana procedía de la griega rho, que a su vez venía del signo fenicio rosas, que significaba “cabeza”. Como recuerdan en Curiosidario, representa dos sonidos distintos (pero y perro, por ejemplo). Esta letra encabeza el 5,06% de las palabras del diccionario, siendo la novena en el ranking y la quinta más frecuente en cualquier texto (6,87 letras de cada 100 son erres).
Rábula. Abogado indocto, charlatán y vocinglero.
Nadie entre los cumplidores premiará a quienes se escuden en trucos de rábula para lograrlo y hayan sembrado dudas de laxismo.
Xavier Vidal-Folch en EL PAÍS, en 1996.
Rahez. Vil, bajo, despreciable. Refez (barato, que vale poco). También, de poco trabajo, fácil.
Rajabroqueles. Valentón que se jacta de pendenciero y guapo.
Al apuntársele que su libro coincide con la exhibición en las pantallas de Salvar al soldado Ryan, que también muestra una visión cruda de la guerra, saltó con expresión de rajabroqueles: "¡Yo fui a la guerra antes que Spielberg!".
Jacinto Antón cita a Arturo Pérez-Reverte en EL PAÍS, en 1998.
Ranzón. Dinero para rescate.
Raque. Acto de recoger los objetos perdidos en las costas por algún naufragio o echazón.
Rascatripas. Persona que con poca habilidad toca el violín u otro instrumento de arco.
Murga de mugrientos, soplacobres, rascatripas y machacatambores.
Miguel Ángel Asturias en El señor presidente.
Raspahilar. Moverse rápida y atropelladamente.
Con una comisión y aun comezón en el seno, sale por esa Puente Toledana raspahilando, a pesar de las malas mañas de la harona, y, a cabo de pocos días, envía a su casa algún pernil de tocino y algunas varas de lienzo crudo.
Miguel de Cervantes en el Entremés del juez de los divorcios.
Rataplán. Onomatopeya para imitar el sonido del tambor. En los diarios, resumen en primera página de una noticia que se publica en el interior.
Equivalentes al persuasivo tamborileo militar del pasodoble redoblado que puso Chapí en su famosa zarzuelilla: ¡y rataplán, y rataplán, y rata, rata, rata, rataplán!
José Bergamín en EL PAÍS, en 1979.
Rauco, ca. Ronco, afónico.
Rayada. Dolor penetrante.
Rebatiña. Acción de coger deprisa algo entre muchos que quieren cogerlo a la vez.
Rebudio. Gruñido del jabalí.
Recatón. Que vende al por menor. Que regatea el precio mucho.
Recidiva. Reaparición de una enfermedad algún tiempo después de padecida.
Regolaje. Buen humor, buen temple de una persona.
Regolfar. Dicho del agua: Retroceder contra su corriente, haciendo un remanso. Dicho del viento: Cambiar su dirección por la oposición de alguna pared u otro obstáculo. U. t. c. prnl.
Regosto. Apetito o deseo de repetir lo que con delectación se empezó a gustar o gozar.
Remediavagos. Libro o manual que resume una materia en poco espacio, para facilitar su estudio. Procedimiento destinado a hacer algo con el mínimo esfuerzo.
Remesón. Acción de arrancar el cabello o la barba. Porción de pelo arrancado.
Remusgar. Barruntar o sospechar.
Se desayunó con apetito y cuando llegó la hora de la cura y abluciones de la mañana, sometióse sin remusgar a los requerimientos de su cariñosa enfermera.
Benito Pérez Galdós en Los duendes de la camarilla.
Rendibú. Acatamiento, agasajo que se hace a alguien, por lo general con la intención de adularlo. Del francés rendez-vous.
Repentista. Persona que improvisa un discurso, una poesía, etc. Persona que repentiza en el canto o en la música.
Repullo. Movimiento violento del cuerpo, especie de salto que se da por sorpresa o susto. Demostración exterior y violenta de la sorpresa que causa algo inesperado. Rehilete (flecha pequeña).
Resobrino, na. Hijo del sobrino de una persona.
Résped. Lengua de la culebra o de la víbora. Intención malévola en las palabras.
Réspice. Respuesta seca y desabrida. Reprensión corta, pero fuerte.
Rodrigón. Tutor (caña para mantener derecha una planta). Criado anciano que servía para acompañar personas. (Foto de Paseando a Miss Daisy).
Rompegalas. Persona desaliñada y mal vestida.
Roncero. Tardo y perezoso en ejecutar lo que se manda. Regañón y malhumorado. También, que usa roncerías para conseguir un intento. Y en marina, dicho de una embarcación: Tarda y perezosa en el movimiento.
Rusticar. Salir al campo, habitar en él, sea por distracción o recreo, sea por recobrar o fortalecer la salud.
Rutinero, ra. Que ejerce un arte u oficio, o procede en cualquier asunto, por mera rutina.
Examen sorpresa: la Q
*Texto redactado por Jaime Rubio con aportaciones de Mari Luz Peinado, Héctor Llanos, Gloria Pina, María Sánchez, Pablo Cantó, Anabel Bueno y Lucía González.