El Ministerio de Sanidad publicó en junio sus datos más recientes sobre ahogamientos en España: durante 2014, perdieron la vida en el agua 465 personas.
El Ministerio suele presentar estas cifras acompañadas de recomendaciones para evitar desgracias. La mayoría apelan al sentido común, como la prohibición de bañarse si ondea la bandera roja o el consejo de que las personas mayores vayan acompañadas a la playa (el 40% de los fallecidos tenía más de 65 años). Sin embargo, la cifra oficial de ahogamientos permanece más o menos estable año tras año:
Fuente: Ministerio de Sanidad
Por ello, no está de más conocer otras recomendaciones, como la que publicó hace unas semanas el Laboratorio de Climatología de la Universidad de Alicante sobre cómo actuar si te atrapa la resaca.
Las resacas se llaman técnicamente "corrientes de retorno" y, según esta noticia del Boston Globe, son la causa del 80% de las actuaciones de los socorristas en Estados Unidos. Su principal rasgo es que, a diferencia de otras corrientes, son perpendiculares a la costa. Por eso arrastran a los bañistas hacia el interior.
Paradójicamente, según los expertos, en caso de verse en una corriente de retorno, nunca hay que nadar hacia la orilla, ya que su velocidad puede superar los nueve kilómetros por hora, superior a la que alcanzan los nadadores profesionales. Esto nos haría gastar fuerzas en vano y agotarnos con rapidez, por lo que se recomienda salir de ellas nadando en paralelo a la orilla, ya que, aunque pueden ser muy largas, suelen ser estrechas. En caso de que las fuerzas no acompañen, lo mejor es dejarse llevar hacia el interior, mantener la calma y hacer señales pidiendo ayuda.
Desde la orilla, es complicado apreciar si una zona tiene resaca, sobre todo si consideramos que pueden formarse en días despejados. Si acaso, es más fácil saberlo desde una posición elevada, por lo que se recomienda prestar atención a los socorristas. Un dibujo compartido por el Laboratorio de Climatología de la Universidad de Alicante sintetiza muy bien la manera adecuada de comportarse en estos casos:
La Administración Nacional Oceánica y Atmosférica de Estados Unidos recoge en su página web una lista con diez peligros playeros. Justo a continuación de la resaca, menciona las olas que rompen demasiado cerca de la orilla: "Tanto las olas pequeñas como grandes pueden ser igualmente imprevisibles y peligrosas", explican.
En este caso, el organismo estadounidense recomienda preguntar por las olas a los socorristas antes de bañarse. Ellos serán quienes mejor podrán informarte, porque el oleaje tiene mucha ciencia y generalmente responde a factores predeterminados como la inclinación de la playa, la forma de la costa o las obras construidas en los alrededores. Las más peligrosas son las olas en voluta, que suelen originarse en los cambios bruscos de profundidad, y que arrastran al bañista hacia el fondo.
De hecho, uno de los investigadores más célebres en esta materia fue Ramón Iribarren, un ingeniero irundarra que vivió entre 1900 y 1967, y al que se le debe una fórmula matemática que permite entender cómo rompen las olas. A esa fórmula se le conoce internacionalmente como "número de Iribarren".
A partir de sus datos de 2014, el Ministerio de Sanidad explica que un 82% de los ahogamientos se produjo en aguas naturales, mientras que el 18% restante tuvo lugar en piscinas. En las piscinas, el colectivo infantil resulta especialmente vulnerable: en 28% de los ahogamientos en piscinas, las víctimas tenían menos de diez años.
El consejo del Ministerio de Sanidad es claro al hablar sobre la prevención de estas tragedias: "La mejor medida de seguridad en las piscinas privadas es el cercado perimetral de la piscina, aislándola de la vivienda y con una altura de 1,2 metros de altura y que no sea posible escalar".
Entre las recomendaciones del Ministerio de este año también se encuentra la de no usar "flotadores hinchables". Es algo de lo que hablan los especialistas, como este post reciente de la Escuela Segoviana de Socorrismo, donde recomiendan el empleo de chalecos salvavidas homologados. Aunque en ese mismo post recuerdan que el uso de estos artilugios jamás sustituirá a la siempre necesaria supervisión adulta.
Si quieres conocer más recomendaciones del Ministerio de Sanidad, este verano está compartiendo información de manera periódica en sus redes sociales, como en los siguientes ejemplos: