A menudo, en España nos reímos del proverbial talento de nuestra industria cinematográfica para destrozar títulos de películas al trasladarlos al castellano. Unos ejemplos especialmente dolorosos: Un canguro superduro (The Pacifier), Soñando, soñando... triunfé patinando (Ice Princess), Dos colgaos muy fumaos (Harold & Kumar Go To White Castle), Este muerto está muy vivo (Weekend at Bernie's). Pues no somos peores que el resto. Ahora que la presencia del cine español crece en las pantallas extranjeras, podemos comprobar que nuestros éxitos patrios también sufren de absurdas traducciones.
La exhibición del cine español en salas cinematográficas fuera de España se ha incrementado un 51,7 % en la última década, apunta en un informe de 2015 FAPAE, la confederación de asociaciones de productores audiovisuales españoles.
"Se ve más cine español que nunca, aunque no necesariamente en salas", explica a Verne Simón de Santiago, productor en Mod Producciones (Ágora, Caníbal, Primos). Se refiere a que cada vez existen más ventanas de exhibición, como puede ser la televisión de pago o los servicios de vídeo online.
El último éxito de la taquilla española, Cuerpo de élite, nació en las oficinas de Mod Producciones. La comedia ya cuenta con un título internacional en inglés, para el mercado extranjero: Heroes Wanted (Se buscan héroes). Es solo una sugerencia, que el resto de distribuidores no tienen por qué aceptar, comenta De Santiago.
'Lo mejor de lo peor', dice el eslogan de 'Heroes Wanted' ('Cuerpo de élite')
"El título internacional suele decidirse entre la productora y el agente de ventas y es un proceso a veces complicado y que da como resultado ideas poco afortunadas", admite el productor. Esta cinta está protagonizada por personajes tan españoles como un guardia civil, un legionario, un Mosso d'Esquadra y un ertzaina. El título ha de adaptarse a otras culturas. Cada país tiene sus necesidades comerciales, pero Simón de Santiago suele quedarse muy sorprendido con las traducciones de los países asiáticos, en las que no encuentra puntos en común con los ganchos que solemos emplear en Occidente.
La primera película tras la cámara del actor Raúl Arévalo, Una tarde para la ira, ha logrado las alabanzas de toda la crítica, incluso de la internacional (Variety, Screen Daily, The Hollywood Reporter). La producción española cuenta con un título en inglés para su proyección en festivales internacionales como Venecia, Toronto y Londres: The Fury of a Patient Man (La furia de un hombre paciente).
'Una tarde para la ira' se convierte en 'La furia de un hombre paciente'
Telecinco Cinema ha producido y vendido al extranjero las películas de Paco León. Carmina y revienta perdía en la mayoría de los mercados su referencia local, relacionada con la película sobre El Lute de los años 80, para pasar a ser un simple Carmina. En Grecia, en cambio, optaron por Skase kai perpata (Camina y calla).
"Como productor, yo prefiero dar total libertad al resto de mercados. Entiendo que no lo respeten porque a mí me ha pasado muchas veces con películas extranjeras. Casi nunca exigimos dar la aprobación final a las propuestas alternativas que encuentran en cada país", cuenta a Verne Álvaro Agustín, Director General de esta productora.
Otro de los grandes retos de Telecinco Cinema fue traducir Ocho apellidos vascos. ¿Cómo se explica en pocas palabras las connotaciones sociales de esta comedia un público que no esté familiarizado con la actualidad española? El título internacional que se proponía era Spanish Affair (algo así como Lío español), pero en Grecia y Portugal decidieron llamarlo Amor a la española y en alemán se tituló Ocho nombres para el amor. En Serbia lo dieron todo: Cambiaré mi nombre por ti (Zbog tebe promeniću prezime).
Ocho apellidos vascos se vendió a 22 países y llegó a muchos más a través de festivales de cine. El éxito de la cinta y de su secuela hace que ya se esté pensando en una tercera entrega. "Llegará en cuanto encontremos un buena idea", confirma Álvaro Agustín.
De La isla mínima a Pedro Almodóvar
El juego de palabras de Los amantes pasajeros de Pedro Almodóvar hizo que en muchos países optaran por llamar a la película como la canción que protagoniza uno de sus gags centrales, I'm so excited! . En idiomas próximos al castellano, como el italiano, el portugués o el francés, optaron por la traducción literal. Otros mercados, como los germanohablantes, se conformaron con una aproximación: Amantes voladores (Fliegende Liebende), recurriendo al mismo tiempo a una aliteración.
'Los amantes pasajeros' traducida al alemán, portugués y polaco
Una de las sorpresas en cuanto a su éxito internacional la ha dado La isla mínima. En la cinta, dos policías opuestos entre sí investigan la desaparición de dos chicas adolescentes en las marismas del Guadalquivir durante los años 80. La propuesta internacional fue Marshland (Marismas). La traducción libre reina en este caso. Los polacos prefirieron un título mucho más poético: Los viejos pecados tienen la sombra alargada (Stare grzechy maja dlugie cienie) y en la Canadá francoparlante optaron por Anatomía de un doble crimen (Anatomie d'un double crime).
'La isla mínima' en su versión en francés, polaco e inglés
Un caso que llamó la atención a Simón de Santiago, de Mod Producciones, es el del drama Magical Girl. A pesar de contar con un título original en inglés, en su estreno en Francia prefirieron cambiar el idioma. Lo curioso es que no emplearon un término en francés y prefirieron recurrir al español: La niña de fuego.
'Magical girl' se convirtió en Francia en 'La niña de fuego'