En su monólogo de la gala de los premios Emmy, el presentador de televisión Jimmy Kimmel le dedicó unos minutos a Donald Trump, candidato republicano a la presidencia de Estados Unidos.
"La televisión también puede separarnos. Si no fuera por la televisión, ¿Donald Trump sería candidato a presidente? No, estaría en casa tranquilamente, restregándose contra su esposa Malaria [sic] mientras simula estar dormida”.
Kimmel declaró inocentes a dos de los sospechosos habituales del ascenso de Trump: la prensa y los republicanos. El culpable, según el presentador, es Mark Burnett, productor nacido en el Reino Unido y cocreador de The Apprentice y The Celebrity Apprentice, dos realities en los que varios empresarios competían por conseguir un contrato para dirigir una de las empresas de Trump. Estos programas de televisión contribuyeron tanto a su fama como a una mayor presencia en los medios. Incluso tenía su propia frase: "You're fired" (estás despedido).
“Gracias a Mark -siguió Kimmel-, ya no tenemos que ver realities porque estamos viviendo en uno. Gracias por venir desde Inglaterra a destrozarnos con esta compleja trama. Ha funcionado, pequeño y taimado come pastas de té. ¿A quién tienes en la lista para ocupar la vacante del Tribunal Surpremo, a Miley Cirus o a Cee Lo? Lo digo claramente: es su culpa si Donald Trump resulta elegido. Y si construye ese muro, la primera persona a la que arrojaremos por encima es a Mark Burnett”.
Burnett rió la broma, con cierta incomodidad y algo de sudor recorriendo su frente. Quizás no se había dado cuenta hasta ahora de las consecuencias que podría traer lo que hace más de 10 años no parecía más que un inocente programa de televisión.