En el colegio Curros Enríquez de Celanova (Orense), Julio Verne está de moda. "Ahora hay varios alumnos que están leyendo Veinte mil leguas de viaje submarino y otros, Cinco semanas en globo". Así lo asegura el profesor de Educación Física, Xoán Vila, el principal responsable de este boom literario. Es el organizador de la actividad 'Basket por libros', la hora de baloncesto semanal en la que se exige leer un libro al mes -como mínimo- para participar.
"La idea surgió por un detalle muy tonto a finales del pasado curso. También imparto Ciencias Sociales y Naturales. No recuerdo muy bien por qué, pero a mitad de una de esas clases surgió el nombre de Andrés Nocioni, el jugador de baloncesto. Nadie le conocía", explica Vila a Verne por teléfono. "¿Y a Felipe Reyes? No ¿Sergio Llul? Tampoco ¿Pau Gasol? Sí ¿Y en qué equipo juega? En el Real Madrid". Vila, un enamorado de las canastas, no lo podía soportar.
Desde octubre, los alumnos de tercero y cuarto de primaria (ocho y nueve años) acuden a la hora de 'Basket por libros', "una forma de fomentar este deporte en una zona invadida por el fútbol". Nadie obliga a Vila a impartir esta actividad, que desarrolla durante sus horas libres. "Soy funcionario y no necesito que me paguen más. Solo pongo mi tiempo", dice.
La única cuota que exige es un libro leído al mes, "que no sé si es mucho o poco", indica. La actividad tiene lugar los martes de 14:30 a 15:30 horas, entre el tiempo de comedor y el resto de las clases (hay jornada partida). Durante esa hora los niños pueden participar en otras actividades extraescolares, como el resto de la semana en el mismo tramo horario.
"Con esta actividad, quiero abrirles el abanico tanto de los deportes que practican como de los libros que leen. Es muy difícil ver baloncesto en televisión, lo que complica que se aficionen. Al final, lo importante es que se motiven para hacer cosas nuevas. Si el año que viene no estoy, pueden hacer 'Hockey por libros'. Da igual", continúa.
Vila lleva el control de las lecturas de cada niño en un registro personal. "A cada uno le tengo asignado un carné en el que apunto qué libro han leído ese mes. Muchos empiezan a coger ritmo y leen más de uno. La lectura es un hábito en el que se debe insistir. Hubo un alumno que falló un mes y no le permití que acudiera al entrenamiento. Se puso al día rápidamente. Apenas tengo que vigilarles", continúa.
Este gallego, original de Lugo, lleva 15 de sus 46 años dando clases. Hasta los 28 se dedicó de forma semiprofesional al baloncesto, en equipos como el Ribadeo, el Viveiro o el Celtas de Foz. Lleva casi un lustro dando clases en Celanova, el pueblo de 5.600 habitantes en el que están escolarizados los niños de otras muchas localidades de la comarca. "Por ello, es muy difícil organizar los horarios para que acudan a actividades extraescolares", explica.
El profesor cuenta con la colaboración de la biblioteca escolar, de donde proceden la mayoría de los libros que leen los 30 niños de 'Basket por libros'. "No jugamos partidos en fin de semana. Simplemente, entrenamos una hora para que descubran este deporte. Y están leyendo mucho. La actividad está funcionando muy bien", comenta el profesor.
Entre sus libros favoritos, Vila hace referencia a los que le obligaron a leer en el instituto, “como El Lazarillo de Tormes o El sí de las niñas". De momento, no se encuentran entre las lecturas de sus alumnos. "Lo importante es que cojan el hábito para que, con el paso de los años, sigan leyendo; es una de las partes más importantes de su formación", asegura.
Con el paso de las semanas, la biblioteca se ha empezado a quedar corta para muchos de los alumnos. "Más que recomendar, les dejo caer posibles libros. No me gusta guiarles. Tienen que ir a por títulos que les atraigan. Justo antes de Navidad les conté que de pequeño leía a Julio Verne. Los Reyes Magos trajeron sus libros a varios de ellos", dice.