Una habitación cerrada y una hora para escapar si consigues reunir pistas y resolver enigmas. Las escape rooms nacieron en el mundo digital, pero en 2006 aparecieron las primeras salas que las reproducían a escala real. La primera, que se sepa, nació en Japón. Desde entonces, se han popularizado a toda velocidad. Y ahora también hay competiciones para expertos escapistas.
Oriol Riera, barcelonés de 23 años, es uno de ellos. Sus aventuras en los juegos de escape comenzaron hace cinco años, cuando un amigo suyo escuchó una conversación al azar en el metro sobre un juego que consistía en escapar de una habitación resolviendo puzles. Ambos crecieron resolviendo rompecabezas, series matematicas, sudokus y jugando en páginas web como singenio.com o juegosdelogica.com, por lo que decidieron comprobar personalmente en qué consistía aquello. En aquella época solo había cuatro en toda la ciudad, nada que ver con la eclosión que vivimos ahora, que se cuentan por decenas en Barcelona y que ya hay en casi toda España. Suelen estar ambientadas en lugares misteriosos, como mansiones o mazmorras, aunque cada vez hay más variantes.
A Oriol y a sus amigos no se les dio mal. Él acude casi todos los meses a alguna escape room. Y, tras ganar un campeonato en España, Oriol, Joan, Andreu y Guillem participarán este jueves y viernes (23 y 24 de marzo) en el campeonato mundial de escape rooms en Budapest que organiza Red Bull Mind Gamers. Si su equipo logra quedar entre los dos primeros, el sábado (25 de marzo) disputará la final. No saben lo que les espera: las únicas pistas que tienen es que no podrán consultar sus teléfonos móviles durante los días que dure la competición y que la escape room ha sido diseñada exprofeso por Scott Nicholson, un célebre diseñador de juegos.
Aunque las escape rooms no se suelen visitar en modo competitivo, siempre hay quien se pica. Para intentar ser los más rápidos, aquí van siete consejos 'nivel experto':
- Las primeras pistas. Antes de comenzar el juego, los organizadores de las escape rooms ofrecen indicaciones a los participantes. En esas indicaciones, nos cuenta Oriol, ya pueden encontrarse las primeras pistas, así que más vale escuchar con mucha atención. Por ejemplo, en las habitaciones suele haber un lavabo. Los organizadores acostumbran a especificar que ese lavabo no forma parte del juego. Sin embargo, si no lo especifican abiertamente... probablemente sea porque en el lavabo haya escondida alguna pista.
- Colocar las pistas y colaborar. Una vez terminado el speech inicial, llega el ansiado momento de entrar a la habitación. Entonces, merece la pena detenerse a analizar el entorno, establecer unas bases antes de buscar pistas como posesos. Por ejemplo, podremos elegir un mueble sobre el que colocar todo aquello que vayamos encontrando. A veces, según Oriol, dos participantes encuentran dos pistas que se complementan, pero tardamos en darnos cuenta porque no hemos puesto en común los hallazgos. Siempre hay que intentar conectar las piezas de la habitación para resolver nuestro objetivo último: salir de la habitación.
- Echar mano de ese amigo tan metódico que todos tenemos. Aunque él y sus amigos vayan a participar en una competición en Budapest, Oriol considera que las escape rooms no son tanto un juego competitivo como un juego colaborativo. Y, por eso, es importante conocer en qué facetas destaca cada uno de los integrantes del equipo. "Las escape rooms son una suma de varias habilidades que, normalmente, no posee una sola persona. Por ejemplo, a mí se me da bien resolver los puzles lógicos, pero no se me da igual de bien buscar cosas por la habitación. Por ello, será mejor que alguien más metódico se ocupe de encontrar las cosas que hay escondidas por la habitación", nos cuenta Oriol.
- Limítate a lo tuyo porque, sino, probablemente molestas. También es importante que tengas confianza en todos los integrantes de tu equipo. "Si te has repartido la habitación con tus compañeros, pero no tienes la confianza suficiente en ellos, tenderás a buscar en los mismos rincones que otros ya han repasado previamente, duplicando el trabajo y dilapidando un tiempo precioso", según Oriol.
- Hablar, hablar y hablar. Durante las primeras participaciones en una escape room, solemos subestimar la importancia de comunicarse bien dentro de la habitación. "Yo siempre he sido un poco desastre: entro en un sitio y comienzo a gritar todo lo que veo. Eso desestabiliza a la gente, por lo que siempre acaban pidiéndome un poco de calma. En nuestro caso, lo hemos convertido en una fortaleza y yo ejerzo de portavoz dentro de la sala". Asi pues, Oriol recomienda tener en cuenta las habilidades comunicativas de cada cual para que no convirtamos la habitación en un coro de voces en pugna.
- Entrenarse con acertijos. Las pruebas en una escape room son muy variadas: hay puzles, adivinanzas, juegos de palabras que nos darán pistas para encontrar una llave, series numéricas que nos darán la clave de un candado, acertijos, objetos escondidos, juegos visuales e incluso pruebas en ordenadores (sobre la pantalla de unos ordenadores se celebró, precisamente, el campeonato que organizó Red Bull en Salamanca y que valió a Oriol y sus compañeros el billete para Budapest)... Algunas escape rooms también han innovado con algo más fisico, como una sala de lásers que no puedes tocar. Por eso, no es fácil ofrecer pistas concretas para solucionar las pruebas que encontrarás dentro de la habitación. Pero también es cierto que, en muchas ocasiones, las pruebas se parecen entre ellas, o sus mecanismos de resolución son similares. Por ello, entrenarse en este tipo de retos siempre será bueno. Internet es muy amigo de los acertijos, por lo que los encontrarás a montones. Uno de los favoritos de Oriol, según nos cuenta, es el llamado "acertijo de Einstein", que de vez en cuando viraliza en las redes sociales. También señala páginas web que nos permiten practicar, como 365escape.com, o juegos para el móvil como The Room o Cube Escape.
- No te obsesiones con una pista que se te atraganta. Si en algún instante nos atascamos con alguna pista, más vale que nos tomemos un respiro y nos alejemos momentáneamente de ella. Al final, nos explica Oriol, las pruebas de las escape rooms siempre tienen solución, no están puestas ahí para que nos demos cabezazos con las paredes. Y si la frustración surge, hay que saber manejarla. Además, en la mayoría de las escape rooms hay cámaras o micrófonos con los que los organizadores pueden seguir el desarrollo de la prueba. En momentos de apuro, ellos podrán ofrecernos su ayuda, y no pasa nada por aceptarla.