Existe una rutina que siguen muchos atletas populares después de una carrera: levantarse dolorido, quejarse de las agujetas, meterse en la web de la prueba para ver las clasificaciones... Y protestar en el Facebook de la carrera porque el recorrido estaba mal medido.
No es que los organizadores de carreras tengan un complot para que los corredores no logren sus marcas. Los trazados –especialmente los homologados por las federaciones de atletismo– suelen estar perfectamente medidos. El fallo está en los GPS. Todos los modelos tienen un margen de error que acaba sumando metros, más cuanto más larga es la distancia. Los entrenos que subes a Facebook tienen metros de más.
El margen de error
Los relojes GPS no rastrean la posición de los corredores en todo momento: funcionan enviando una señal cada pocos segundos, que marca el punto donde el atleta se encuentra en ese preciso instante. Después, todos esos puntos se unen con líneas rectas para crear el trazado del corredor. Esto es lo que provoca que, a veces, tus entrenamientos incluyan la escalada de algún edificio:
Según mi reloj GPS Garmin, ¡he corrido a a través de edificios en el centro de Boston!
También provoca un aumento de la distancia recorrida. El estudio Por qué mi GPS indica más distancia de la que es, publicado por Revista internacional de información geográfica, explica que la unión de los puntos de referencia acaba sumando metros. "Digamos que haces un recorrido circular pero tu GPS solo graba cuatro posiciones durante ese tiempo", resumía el autor a la revista Runners World. "El track de tu GPS será un cuadrado, cuando debería ser un círculo".
"La tecnología GPS cuenta con un margen de error", explican desde Garmin, una de las grandes empresas de GPS del mercado, por correo electrónico a Verne. En sus dispositivos, según el modelo, ese margen varía entre dos y ocho metros. Es decir, puede que tu reloj crea que estás a 8 metros de donde estás realmente.
A más tiempo, más margen
Este error en la posición es uno de los motivos por el que los entrenamientos acaban sumando metros en el trazado que luego compartes en Facebook. Un ejemplo práctico: en Verne dejamos un reloj GPS (un Suunto Ambit 3S) en el suelo de la azotea de la redacción durante siete horas. Sin moverlo del sitio, realizó este paseo:
Suunto ha remitido a Verne a un análisis técnico realizado por La bolsa del corredor, medio especializado en running. Este establece que los GPS deportivos marcan, por lo general, entre 75 y 150 metros extra por cada 10 kilómetros de carrera. "En circuitos más largos, donde solemos aumentar la frecuencia de los avituallamientos (abandonamos más veces el trazado mínimo) o en carreras con un mayor número de curvas, el parámetro anterior puede llegar sin problemas a 200 metros por cada 10 kilómetros", explican.
El diario británico The Guardian realizó una prueba en el maratón de Londres de 2016 con los datos de más de 1.000 GPS. La distancia más repetida en los relojes era de 42.390 metros frente a los 42.195 metros de la prueba oficial. Algunos llegaron a sumar hasta un kilómetro de más.
No eres tan rápido
Si la distancia que el GPS dice que has recorrido es mayor que la realizada realmente, la velocidad media que indica acabará siendo también mayor. Mi GPS, por ejemplo, fue uno de los miles que durante el Medio Maratón de Madrid (21,097 m) marcó metros de más: 623 metros extra, para ser exactos.
El reloj, por tanto, calculaba que mi velocidad fue de 15,4 km/h (1:24 horas para realizar 21,72 km), cuando realmente mi velocidad media fue 14,9 km/h (1:24 horas para realizar 21,09 kilómetros).
Pero, ¿seguro que el recorrido estaba bien medido?
Las carreras homologadas por la Real Federación Española de Atletismo –casi todas las grandes citas para los corredores populares– cuentan con un protocolo específico de medición de carreras, redactado por la Federación Internacional de Atletismo (IAAF). Para medir estas pruebas se utiliza un contador Jones, un medidor de distancia muy exacto similar al cuentakilómetros de una bicicleta.
Esta medición es extremadamente minuciosa –aquí puedes ver un ejemplo de informe de homologación–, aunque sí es posible que los corredores acaben realizando más metros de los que la carrera dice tener: el recorrido que se marca (el que suele estar pintado en el suelo con una línea blanca) es la distancia mínima posible. La IAAF pone estos ejemplos:
"Hemos de considerar la diferencia de medición entre el trazo del participante y la línea oficial de medición de la carrera", explican desde Garmin a Verne. "El participante no podrá seguir este trazado a la perfección, y este desvío va acumulando cierta diferencia".
Esto no significa que obligatoriamente vayamos a hacer más metros de los indicados. La "distancia mínima" que traza la IAAF incluye un margen de separción de 30 cm con las aceras, que el corredor suele apurar. Eso sin contar una práctica por desgracia demasiado habitual, los recortes en los giros. Hay que asumirlo: has hecho menos metros de los que tu GPS dice. Aunque te hayas cansado igual.