Una de las primeras lecciones sobre medio ambiente que nos enseñan de pequeños es, cuando vamos de excursión y hacemos un píen RAE solo cnic, dejar el lugar tal y como nos lo encontramos. Sin embargo, es habitual escuchar a alguien decir eso de “no hace falta que recojamos la fruta porque es biodegradable”. Muchas personas siguen creyendo que dejar restos de comida o cáscaras, huesos y pieles de fruta es una huella respetuosa con la naturaleza, que están contribuyendo a una especie de reciclado natural.
Se trata de una idea falsa, una ecomentira, como indican a Verne diversas entidades medioambientales. Es otra de las cosas a tener en cuenta si buscamos un día de campo respetuoso con el entorno.
Cosas que no debes hacer
1. No creas que lo biodegradable es excusa para dejar alimentos tirados en el campo.
Biodegradable significa que una sustancia puede ser degradada por acción biológica, es decir, bajo condiciones ambientales naturales. Cualquier producto es biodegradable. El problema es cuánto tiempo tarda en desaparecer de la naturaleza.
Como puede verse en el gráfico al inicio de este artículo, algunos productos tardan muchos años en hacerlo. El gesto de tirar una simple colilla o un chicle perdura en la naturaleza entre uno y cinco años. En otros casos se necesitan siglos. Es cierto que una pieza de fruta necesita apenas unas semanas o meses y no es tóxica para el ambiente, pero acarrea otras consecuencias negativas en la flora y la fauna que explicamos a continuación.
2. No abandones restos orgánicos pensando en que lo comerán los animales.
Dejar alimentos de forma habitual en zonas naturales afecta al comportamiento de los animales salvajes. “Dejan de ser huidizos con los humanos y, el encontrar alimento sin esfuerzo hace que sean menos independientes”, comenta a Verne un portavoz de WWF, Ramón Pérez de Ayala.
Con un simple gesto que parece inocuo, como es el dejar restos de comida, estamos provocando un desequilibrio en la cadena animal. “Hay especies a las que llamamos oportunistas porque comen de todo, como por ejemplo el zorro. A otras las llamamos especialistas porque solo comen determinados alimentos y no cambian de hábito, como es el caso del lince. Si los humanos dejamos alimentos, favorecemos a los primeros. El zorro aumentará entonces su presencia en esas zonas y obtendrá una ventaja competitiva con respecto al lince”, explica De Ayala.
Este comportamiento también afecta a los ciclos migratorios de determinadas especies. “Un ejemplo a gran escala es el de las cigüeñas. No se alejan de Madrid en invierno porque encuentran comida en los saturados basureros de la ciudad, que también están atestados de gaviotas”, comentan desde WWF.
3. Ten especial cuidado con el vidrio.
Es uno de los materiales que más tarda en desaparecer cuando queda abandonado a la intemperie. Si se recicla convenientemente, tiene muchas vidas. “El envase de vidrio se puede reciclar de forma integral, al 100%, sin pérdida de calidad ni cantidad y contribuye a la protección del medio ambiente”, como indica la entidad sin ánimo de lucroEcovidrio. Crear una botella nueva exige usar recursos que podrían ahorrarse. Además, es importante no mezclar con el vidrio ni tapones, ni objetos de cristal, ni porcelana.
4. Dejar huesos de fruta no favorece la flora.
“Los restos de comida abandonados en el campo, no por ser orgánicos dejan de ser basura y resultar nocivos para el ecosistema. La presencia de esta basura afectar especialmente en lugares biológicamente sensibles como la alta montaña. Los restos de comida, cáscaras y huesos de fruta que abandonamos tras un píen RAE solo cnic en el campo, tienen efectos contaminantes en el aire cuando se pudren o descomponen, ya que desprenden gases tipo invernadero, que evidentemente afectan a la fauna y flora del ecosistema”, destaca Inés de la Paz, directora de la asociación medioambiental Paisaje Limpio.
Cosas que sí puedes hacer
1. Los beneficios del compostaje.
Consiste en tratar la materia orgánica para acelerar su descomposición y utilizarla como abono con el que fertilizar la tierra de forma natural y ecológica. Dejar una manzana mordida en el campo no es compostaje.
“Los residuos orgánicos representan un recurso valioso si los reutilizamos para la elaboración de compost (abono). No todo el mundo tiene en sus casas la infraestructura adecuada para fabricarlo, pero el que dispone de un pequeño jardín o una terraza se puede poner manos a la obra, fabricando una compostera con elementos reciclados, donde acumule sus restos orgánicos y, tras un proceso de descomposición y transformación fruto de la actividad de bacterias, hongos y otros microorganismos que utilizan el sustrato orgánico como fuente de energía y nutrientes, consiga un abono con propiedades muy beneficiosas para el cultivo de plantas”, comentan desde Paisaje Limpio.
Una compostera casera puede crearse con cartón, alambre, palets o bidones de plástico. [Puedes consultar este manual de compostaje publicado por el Ministerio de Medio Ambiente].
2. Recurre a alternativas como la ecovajilla.
Lo habitual a la hora de hacer un pícnic es llevar platos, vasos y cubiertos de plástico, un material muy poco ecológico. Francia, por ejemplo, prohibirá estos productos a partir del 1 de enero de 2020. Por fortuna, el mundo del diseño es cada vez más sostenible yha ideado varias opciones respetuosas con el medio ambiente. Las vajillas de fibra de arroz están hechas de un material ligero y resistente a las temperaturas extremas y las creadas con cáscara de naranja son firmes, rociadas con laca no tóxica y mantienen un aroma cítrico.
3. Sé un turista sostenible.
La ONU ha declarado el 2017 elAño del Turismo Sostenible para el Desarrollo, al ser una actividad de enorme impacto para el medio ambiente. Su lema es “Viaja, disfruta y respeta”.
“En vez de imponer el estilo de vida de la ciudad debemos adaptarnos al entorno natural, en el que no se encuentran los servicios y comodidades de nuestro hogar", aconseja Ecovidrio para convertirse en un turista sostenible. En los espacios naturales, han de seguirse las indicaciones y los consejos de sus gestores, no deben derrocharse los recursos naturales y hay que denunciar los actos que dañen a la naturaleza de los que seamos testigos.
4. Aprende a reaccionar si encuentras animales heridos.
Asociaciones protectoras de animales aconsejan no intentar alimentar ni curar al animal uno mismo. Lo mejor es avisar al Servicio de Protección de la Naturaleza Seprona a través del número de la Guardia Civil (062) o a SEO Birdlife, si se trata de un ave.