“Hola, Juana. No sé dónde estás, pero si lees esto quiero que sepas que puedes contar conmigo para esconder a tus hijos. Seguro que con muchas otras mujeres”.
Este es uno de los textos que se están compartiendo en Facebook y en WhatsApp en apoyo a Juana Rivas, la mujer de Maracena (Granada), que desapareció el lunes para no entregar sus hijos de 3 y 11 años a su padre, condenado por violencia de género en 2009 y denunciado de nuevo por maltrato el año pasado. A menudo se añade la ciudad en la que están o se añade "y muchos otros hombres al final". En Twitter hay miles de mensajes similares, usando etiquetas como #YoSoyJuana, #JuanaEstáEnMiCasa y #Estáenmicasa.
Esta iniciativa ha llevado a las redes la solidaridad que ya mostraron muchos vecinos de Maracena, que han colgado en sus domicilios carteles con el texto “Juana Rivas está en mi casa”. A la campaña espontánea en redes se han sumado políticos, muchos de ellos andaluces, incluyendo a Susana Díaz, presidenta de la Junta, y Teresa Rodríguez, diputada de Podemos en el parlamento autonómico, además de periodistas, profesionales de la cultura y, por supuesto, multitud de usuarios anónimos. Díaz además ha anunciado que la Junta proporcionará asistencia jurídica a Rivas "para pedir la suspensión del régimen de visitas de sus hijos".
Tal y como explica EL PAÍS, los dos niños de 3 y 11 años debían reunirse con su padre el miércoles por la tarde en el punto de encuentro familiar de Granada. El padre, Francesco Arcuri, tiene intención de llevárselos a Cerdeña, el último domicilio familiar donde convivieron los cuatro y del que, según la juez, la madre sacó a los niños sin su consentimiento.
La abogada de Rivas ha presentado un recurso de oposición a la orden de entrega de los niños y confía en que la juez, que no ha ordenado aún la búsqueda de Rivas, no tome ninguna decisión antes del 1 de agosto, lo que paralizaría todo el proceso hasta septiembre, al ser agosto inhábil en el ámbito civil. El abogado de Arcuri ha optado por evitar la vía penal, aunque en un primer momento se inclinaba por denunciar a Rivas por secuestro.