Janaye Kearns es una joven de Colorado Springs, en Estados Unidos, que en 2012 sufrió una lesión cerebral. Según cuenta en su canal de YouTube, cualquier pequeño golpe en la cabeza supone un gran peligro para ella. El riesgo se acrecienta porque Janaye Kearns sufre también convulsiones y podría acabar golpeándose la cabeza contra el suelo. Para minimizar el riesgo, cuenta con Colt, su perro de alerta médica. Kearns publicó en un canal de YouTube un vídeo del entrenamiento del animal, que ahora se ha popularizado porque otro usuario lo ha subido a Twitter. En dos días, desde el 8 de agosto, ha superado el medio millón de "me gusta" en menos de 48 horas.
"Así es como Colt entrena para bloquear mi cabeza durante las convulsiones", explica Kearns en la descripción del vídeo original, publicado el 21 de junio. La publicación muestra cómo practica con el animal, y aclara que es solo una recreación y que no está sufriendo convulsiones realmente. "Tengo que comprobar lo que sabe para estar segura de que sigue haciéndolo de manera fiable", explica. "Durante un ataque de convulsiones es como si yo no estuviera ahí, así que no podría saber si ha hecho bien su trabajo o no".
El entrenamiento que aparece en el vídeo, reconoce Kearns, no sale del todo bien. "Es casi una toma falsa", cuenta, "el suelo era súper resbaladizo y le cuesta un rato largo colocar su cuerpo bajo mi cabeza". Por eso se siente orgullosa de él. "Nunca deja de intentarlo, siempre mira para comprobar que estoy a salvo y sigue intentándolo hasta que lo esté".
Colt no es el único
En España, la Universidad de Alicante cuenta con un proyecto de perros de alerta médica para convulsiones en caso de epilepsia. "Se entrenan durante un año y el adiestramiento comienza cuando tienen dos o tres meses", explica Miguel Martínez, adiestrador de animales del proyecto. Por el momento, han entrenado a tres perros y, asegura, son los primeros del país.
"El entrenamiento es un traje a medida según lo que necesite el usuario", cuenta Martínez. No han entrenado a ningún animal para que bloquee la cabeza de la persona que convulsiona, como en el caso de Kearns, pero sí para que se pare delante de una persona afectada en caso de ataque estando de pie. "Así la persona no puede seguir caminando y, en caso de caída, el dueño cae sobre el perro [se utilizan razas grandes para que el animal tampoco sufra daño], evitando golpes". También trabajan para que el animal presione un botón de emergencia que avise de la situación a los familiares en caso de convulsión.
"Puedo llevar una vida casi normal gracias a mi perro", cuenta Kearns en la descripción de otro vídeo en el que se ve cómo reacciona este ante las convulsiones. En esta grabación, se ve a Goya, uno de los animales del programa de la Universidad de Alicante: