"Nunca paraba en casa y hablaba por los codos", cuenta a Verne Antonio de su madre Lola. El verano pasado, esta sevillana sufrió un ictus a los 57 años. Una de las principales secuelas ha sido la afasia global: la incapacidad de comunicarse de forma hablada o escrita. Ella es consciente de todo lo que ocurre a su alrededor, pero su cerebro no es capaz de expresar lo que siente ni tampoco entender lo que otros quieren decirle. "Para ella, es como si todo el mundo hablara de repente en japonés", explica su hijo. Por eso, cuando Lola logró enviar un emoji por WhatsApp tras más de un año de rehabilitación, Antonio decidió compartir la gran gesta en su perfil de Twitter. El mensaje, publicado este martes, supera los 25.000 "me gusta" hasta el momento.
La vida de Antonio, de 21 años, y sus dos hermanas se ha transformado con el objetivo de ayudar a Lola. Él ha cambiado sus horarios para poder pasar más tiempo cuidando de su madre. Ella vive encerrada en casa al haber perdido también la capacidad de movimiento.
Por fortuna, que Lola haya sido siempre una mujer muy activa está siendo primordial para su recuperación. "El llevar una vida sana y hacer ejercicio físico puede prevenir un íctus, pero el mantener la mente en forma es fundamental a la hora de recuperarse cuando se sufren disfunciones cerebrales como esta", explica a Verne Aarón del Olmo. Es neuropsicólogo de la asociación sin ánimo de lucro Arpa, a la que ha acudido esta familia sevillana, que sigue esperando ayuda de la Ley de Dependencia solicitada en julio de 2016.
"Los hijos de Lola no se quedaron quietos y llegaron a nosotros muy poco después de que pasara el íctus. Estaban desorientados, porque en la Seguridad Social, por falta de recursos, ni siquiera les explicaron qué hacer cuando ocurren casos como el suyo", recuerda Del Olmo.
Lola pasó tres meses postrada en la cama del hospital, pero en casa comenzó a ir en silla de ruedas y ahora ya aprender a caminar con ayuda de un bastón. Hace rehabilitación varias horas al día y trabaja todas las semanas con Arpa para reactivar sus funciones cerebrales.
Aunque ha evolucionado mucho, la recuperación sigue siendo lenta. Por eso una imagen como un emoji, que es un símbolo universal, escapa a las limitaciones que le impone la afasia. En el mensaje de WhatsApp se puede ver que también ha sido capaz de escribir su nombre. "Es una nueva forma de comunicarse, ya que ahora mismo solo las personas que pasamos todo el día con ella sabemos intuir lo que dice. Como los padres que entienden a sus hijos cuando todavía no han aprendido a hablar", relata.
La intención de Antonio a la hora de compartir este tuit es la de "recordar que la afasia es mucho más común de lo que la gente se cree" y que, en cambio, las ayudadas sociales no cubren las necesidades. Él mismo explica en este hilo que ha escrito en Twitter que hay más de 350.000 personas en España con afasia.
"El cariño de tanta gente que ha recibido mi madre a partir de este tuit ha sido una enorme inyección de energía para ella. La afasia recluye una vida que antes era muy activa", explica su hijo. También ha sido una golpe de positividad para él, que confiesa no tener preocupaciones propias de un joven de 21 años: "hay que ocuparse de las facturas, la declaración de la Renta, el papeleo..."
Esta es Lola en la actualidad.