Tengo 28 años y vivo con mis padres, ¿es normal?

Con el salario medio de los veinteañeros en España, la renta máxima tolerable sería de 300 euros mensuales

[Coqueto, mejor ver es el diario de la odisea de Laura Sánchez para encontrar piso de alquiler en Madrid con un presupuesto máximo de 600 euros. Tiene 28 años y, de momento, vive con sus padres. Ahora que tiene contrato fijo desde hace más de un año y ha podido ahorrar, creía que podría emanciparse y vivir sola. También se pregunta si su caso es normal y en Verne hemos trasladado sus dudas a nuestros compañeros especializados en datos del Equipo Exprés de El País]

Laura, de la casa de tus sueños te separan los datos. Te preguntas si 40 metros cuadrados por 600 euros para ti sola con casi 29 años es normal, y si podrás pagarlo con tu trabajo en Madrid. Algunos están a tu favor, y otros te alejan. De los dos millones y medio de jóvenes de entre 25 y 29 años que vivían España a finales del año pasado, 4 de cada 10 se habían emancipado, o sea, cerca de un millón. El resto seguía habitando el hogar familiar, según los últimos datos publicados por el Observatorio de emancipación del Consejo de la Juventud, que cruza datos del INE y de la EPA. Este organismo te dice que es más común emanciparse con menos de 30 años si se es mujer que hombre, y si se dejó de estudiar tras el instituto que tras la universidad. El 24% de las chicas ya se había marchado antes de la treintena, frente a un 15,3% de los chicos.

Nos dice la Unión Europea que en España nos emancipamos del nido familiar a los 29,4 años de media en 2016. Si miras un poco más allá verás que vas un pelín tarde con respecto a la media, porque las mujeres españolas se emancipan de media a los 28,3 años, justo cuando empezaste a buscar casa. De los hombres, por cierto, se dice que se marchan a los 30,4 años. Para cuando encuentres tu hogar ya serás de las que aumente esa media que se ha incrementado en un año desde 2008. Como mujer, como joven y como hija que vive en casa eres parte de lo común. Además, te quieres mudar al grupo de los que no quieren que el compañero de piso le deje la tapa levantada. Es un grupo pequeño. Solo el 17,7% de los emancipados que tiene entre 25 y 29 años (que llamaremos veinteañeros altos) pasea su libertad por un hogar unipersonal. Más allá, solo el 12,3% de las emancipadas menores de 30 viven solas. Serías de las raras. Las mujeres se van antes, pero comparten más.

Si consigues tu objetivo, por tanto, bienvenida a una clase "exclusiva", por lo extraño. No a la que pertenecen quienes tienen la vivienda en propiedad totalmente pagada o una cedida gratis, que son cerca del 22% de todos los emancipados de tu rango de edad. Sino a ese 54% que cuando se marchan de casa se va de alquiler, algo que en Madrid supera los dos tercios. “Las condiciones de acceso al mercado inmobiliario para la población joven continúan haciéndose más difíciles, con un encarecimiento tanto del precio del alquiler como de la compra de vivienda”, como expone el Observatorio. Y sigue: “El precio del alquiler de vivienda en España se ha encarecido durante el último trimestre de 2016 respecto al año anterior un 15,89%”. Hasta los casi 650 euros mensuales, dicen las medias.

El problema que explica por qué la mayoría de la gente de tu edad sigue en el cuarto de su infancia es lo lejos que queda la media del caso particular. La crisis y los que la cuentan han enseñado a los millennial que vivir por encima de las posibilidades propias no es correcto. Con los salarios que reciben de media los veinteañeros altos en España, la renta máxima tolerable que deberían pagar roza los 300 euros mensuales. La superficie máxima tolerable de alquiler, 36 metros cuadrados. Esto es, lo que se debería pagar por una casa cuya mensualidad no suponga más de un tercio del salario medio. Por lo menos en esto último eres realista conforme a los datos.

Ahora, a buscar en Madrid. Vives en la mayor ciudad de España, junto a más de tres millones de personas. Un lugar del que los datos dicen que el importe mensual medio para los menores de 30 años es de unos 619 euros, 150 más que en el promedio español. También el salario medio de los emancipados de tu rango de edad está por encima de la media nacional, pues supera los 15.000 euros. Te preguntarás cuál es la renta máxima tolerable que dicen las instituciones. 348 euros. ¿Tu superficie máxima tolerable? 27 metros. ¿El coste de lo que solemos llamar gastos? 126 euros. Ahí no caben tus sueños. Pero no te desanimes, para los que están entre los 30 y los 34 sube casi hasta los 35 metros. Si pagas esos precios mensuales, no obstante, podrás emanciparte (si además puedes cumplir con los requisitos de acceso al piso, que requieren ahorros). Pero, como contábamos antes, las medias suelen quedar lejos de cada caso personal.

Idealista dice que el precio medio del metro cuadrado en Puente de Vallecas, la zona en la que buscas, esta semana está en los 11,92 euros. Te debería sobrar, con tu presupuesto de hasta 600 euros por mensualidad. 40 metros, 476,8 euros. Y con esas, llevas más de medio año buscando. En Madrid, como explicabas aquí, hay unas 160 casas por menos de 600 euros. 40 de ellas en Puente de Vallecas. Ayudará, desde luego, tu situación laboral. En Madrid no solo todo es más caro; también los jóvenes presentan aquí una posición laboral más favorable que en el resto de comunidades, se emancipan más, el nivel de desempleo se encuentra por debajo del promedio y es la comunidad con menor temporalidad del país.

De los 300.000 habitantes de tu edad que forman la población activa de Madrid, el 70% tiene trabajo, así que entras dentro de lo común (en el conjunto de España el porcentaje se queda en el 65%). Eres asalariada, como el 96% de los veinteañeros altos. A tiempo completo, como 8 de cada 10. Y con un contrato indefinido, algo un poco menos común, pero también lo normal en Madrid (el 60% de las personas en tu rango de edad, unas 146.000 personas). Todas con un dinero mensual insuficiente para plantearse meterse en los 220.000 euros que cuesta comprarse una casa, ganas de vivir a su aire y con una cuenta de Gmail a la que le llegan las alertas de anuncios. Tú misma has contado que, además de encontrar algo decente, hay que ser veloz. Así que cuando veas algo que encaje, ¡corre!