Granada, 3 de junio de 2012. Seis de la madrugada. La Guardia Civil detiene un vehículo en la Autovía A-44, y ni el conductor ni el coche llevan su documentación correspondiente. Eso tiene multa, así que las fuerzas de seguridad piden sus datos al conductor. En vez de facilitar su información, Manuel [a quien hemos cambiado el nombre] se hace pasar por su excuñado. Así comienza una cadena de mentiras que se ha saldado con penas por suplantación de identidad para el conductor y los dos cómplices que intentaron encubrirlo.
Aquella madrugada le pusieron dos multas a Manuel, una por no llevar documentación que le autorizara a conducir el coche y otra porque este no tenía seguro. No le llegaron a él, sino a su excuñado, “que nada sabía de estos hechos", explica la sentencia de la Audiencia Provincial de Granada, que condenó al conductor y sus dos cómplices a seis meses de cárcel e inhabilitación en septiembre de este año. El excuñado, cuenta el fallo, llegó a pagar 200 euros de una de esas multas.
El apoyo de los cómplices
Manuel habría acabado en el cuartel de la Guardia Civil aquella madrugada de no ser por un cómplice que apoyó su coartada. La sentencia no aclara si este cómplice iba en el vehículo con Manuel o, por el contrario, se personó en el lugar cuando se produjeron los hechos. “Es obvio que había un concierto entre ellos y la razón es clara a la vista del histórico penal de Manuel”, explica el fallo, que enumera “entre otras muchas”, cinco penas por conducir sin permiso.
El suplantador tuvo otro cómplice más, el propietario real del vehículo que conducía cuando lo pararon. Como dueño del coche, fue a él a quien le llegó la multa por no tener en regla el seguro del automóvil. Para intentar evadir la sanción y fortalecer la mentira de Manuel, falsificaron un contrato de venta para hacer creer a la Dirección General de Tráfico que el excuñado de Manuel le había comprado el coche unas semanas antes.
Todas las multas para el excuñado
Con la suplantación de identidad de Manuel y el contrato falso del propietario del vehículo, finalmente todas las multas cayeron sobre el excuñado, pero en 2015 todo comenzó a aclararse: ese año se celebró el juicio para demostrar que tanto la venta del coche como la multa por conducir sin autorización habían sido un montaje. En 2016, la justicia dio la razón al excuñado. La historia, que ha dado a conocer el periódico granadino El Ideal, concluyó el pasado septiembre, cuando la Audiencia Provincial desestimó el recurso que los dos cómplices de Manuel habían presentado para esquivar su pena.
Aparte de los meses de prisión, los tres implicados deberán pagar una multa de 900 euros. Manuel y su primer cómplice, además, tendrán que abonar al excuñado los 200 euros que llegó a pagar de la multa que nunca le pusieron.