Cristina Cifuentes ha dimitido este miércoles como presidenta de la Comunidad de Madrid. Lo ha hecho tras la difusión de un vídeo que recoge el momento en el que es retenida por un agente de seguridad, después de robar dos cremas en un supermercado en 2011. La polémica se suma a la de su máster, todavía reciente. Este tipo de hurtos supone una pérdida en comercios españoles de más de 1.000 millones de euros al año, según un estudio de la Asociación de Empresas del Gran Consumo (AEOC) publicado a finales de 2017. Las personas que hurtan en España prefieren llevarse bebidas alcohólicas, cremas, prendas textiles y productos cárnicos e ibéricos.
Esta asociación analiza cada año la pérdida desconocida de distribución comercial en el país, que es aquella en la que las empresas no pueden explicar las causas exactas que la producen. En cifras económicas, se traduce en un total de 1.800 millones de euros en 2016.
El estudio La pérdida en la gran distribución comercial 2017, elaborado por AEOC en colaboración con la firma EY, apunta al hurto externo de clientes de esos comercios como su causa principal. Supone un 59% de esos 1.800 millones de euros de pérdidas.
A los comercios participantes se les pidió que eligieran los tres productos más hurtados y se dividieron las respuestas en varias categorías. En el caso de la alimentación, el alcohol (86,7%), la carne y los productos ibéricos (73,3%) y las conservas son los productos que más salen de los establecimientos sin pasar por caja.
En cuanto a la cosmética, los objetos más hurtados son cremas (84,6%) -como las que han protagonizado la polémica de Cifuentes-, seguido de maquillaje y perfumes (69,2%). Quien se lleva productos textiles, se decanta por las prendas -camisetas, pantalones- (81,8%) antes que por los complementos (54,5%). El departamento de electrónica ve desaparecer con la misma frecuencia teléfonos, accesorios informáticos y consolas y videojuegos (todos ellos un 60%).
"Hay ciertos productos que por sus características físicas o su valor monetario son más susceptibles de ser objeto de hurto. Las características físicas del producto, un valor de mercado elevado, así como la facilidad con la que puedan ser revendidos en mercados paralelos, pueden convertir al producto más atractivo para el hurto. Los productos que son tendencia y aquellos de uso cotidiano por los que no se está dispuesto a pagar, sufren una mayor probabilidad de ser hurtados", apunta este estudio.