Las personas altamente sensibles perciben y gestionan más información, lo que les lleva a vivir los estímulos de forma más intensa y emocional. Además de eso, pueden ser más reflexivas, intuitivas y creativas. [Así es ser una persona altamente sensible]
Entre el 15% y el 20% de la población es altamente sensible, según explica la psicóloga Elaine Aron en su libro El don de la sensibilidad, donde subraya que este rasgo es normal, es decir, no se trata de ningún trastorno y, como cualquier otro rasgo de personalidad, tiene sus ventajas y sus desventajas.
En este libro, Aron propone un test que nos puede ayudar a saber si somos una de estas personas altamente sensibles. Solo hay que señalar si nos sentimos identificados o no con cada una de estas 22 frases (abajo están los resultados). Eso sí, Aron recuerda que “no hay ningún test psicológico tan preciso como para que usted deba basar su vida en él”. El test no es más que una orientación.
Tengo la sensación de ser consciente de cosas muy sutiles en mi entorno.
Me afecta el comportamiento de los demás.
Suelo ser muy sensible al dolor.
En los días ajetreados, suelo tener necesidad de retirarme, de echarme en la cama, buscar una habitación en penumbra o cualquier otro lugar donde pueda encontrar algo de tranquilidad y alivio frente a la estimulación.
Soy particularmente sensible a los efectos de la cafeína.
Me abruman fácilmente las cosas como las luces brillantes, los olores fuertes, los tejidos bastos o las sirenas de policía o ambulancias.
Tengo una vida interior rica y compleja.
Los ruidos fuertes me hacen sentir incómodo/a.
Me conmueven profundamente las artes o la música.
Soy muy concienzudo/a.
Me asusto con facilidad.
Me agobio cuando tengo muchas cosas que hacer en poco tiempo.
Cuando alguien se siente a disgusto en un entorno físico, suelo saber lo que hay que hacer para hacerle sentir más cómodo (como cambiar la luz o los asientos).
Me molesta que los demás pretendan que haga demasiadas cosas a la vez.
Me esfuerzo mucho por no cometer errores u olvidarme de algo.
Suelo evitar las películas y las series violentas.
Me resulta desagradable la activación que me provoca el ajetreo a mi alrededor.
Los cambios en la vida me conmocionan.
Suelo percibir y disfrutar de las buenas esencias, sabores, sonidos y obras de arte.
Para mí tiene mucha importancia disponer mi vida de modo que pueda evitarme situaciones perturbadoras o abrumadoras.
Cuando tengo que competir o al ser observado/a en la ejecución de una tarea, me pongo tan nervioso/a e inseguro/a que termino haciéndolo peor de lo que podría hacerlo.
Cuando era niño/a, mis padres o mis profesores me solían ver como una persona sensible o tímido/a.
Si estamos de acuerdo con al menos 12 de ellas, es probable que seamos una PAS. La Asociación Española de Profesionales de la Alta Sensibilidad ofrece una versión más completa de este test para adultos y otra para madres y padres de niños PAS. Esta entidad también recuerda que el test es “una medición aproximada y no concluyente” y que este rasgo de personalidad “no requiere de ningún tipo de tratamiento”.
La presidenta de esta asociación, Manuela Pérez, recuerda que “este rasgo debe ser identificado adecuadamente por un psicólogo o médico especializado. Nos preocupa que detrás de un diagnóstico equivocado se esconda un trastorno mayor o que se diagnostique un trastorno cuando en realidad no lo fuese”.
Aunque (insistimos) se trata de un rasgo de personalidad como cualquier otro, Pérez apunta que se uno puede enfrentarse a “un proceso de aceptación de una circunstancia que quizás ha condicionado gran parte de su vida. Lo ideal es que podamos descartar cualquier trastorno. Una vez descartado, yo personalmente recomiendo el libro de Kathrin Sohst El poder de la sensibilidad. Es un libro cercano que les puede ayudar por ese proceso de autoconocimiento e identificación de su propio temperamento. Y sobre todo tratar de evitar el mucho ruido que hay sobre este rasgo en internet. Utilice fuentes contrastadas”. También puedes leer este artículo de Verne.