Rachelle y Jack Goldstein son dos "niños ocultos", como se denomina a los menores de edad que se escondieron en granjas, bosques y áticos o sótanos de casas para huir de la persecución nazi. En la inmensa mayoría de los casos, lo hicieron alejados de sus padres. Juntos protagonizan un vídeo comentando la política de inmigración de Donald Trump, que ha separado hasta ahora en la frontera a niños y familias inmigrantes sin papeles como medida de disuasión.
"Los niños ocultos tenemos ahora entre setenta y tantos y 90 años. Seguimos pensando en el trauma vivido y nos sigue doliendo", comenta Rachelle Goldstein en el vídeo. "Es probablemente lo peor que nos ha ocurrido en la vida", dicen ambos, miembros de la Fundación Niños Ocultos.
Los Goldstein son solo dos de los muchos supervivientes del Holocausto que fueron separados de sus padres siendo niños. Comparan parte de su experiencia con la que están viviendo ahora en la frontera de México con Estados Unidos.
Según la Liga Anti-Difamación, organización estadounidense que lucha contra la discriminación judía que ha publicado este martes el vídeo, se calculan que 2.000 niños han sido separados de sus padres en la frontera en un periodo de seis semanas.
"Tengo mucha fe en este país. Creo que la democracia es una institución maravillosa, como también lo es este país. Pero no lo está siendo ahora mismo. Volvamos a nuestros valores, porque esto no es algo por lo que luche Estados Unidos", dice Jack Goldstein, cuya familia le envió a vivir a un convento belga cuando tenía 9 años.
Era 1944 y su madre le entregó junto a su hermano gemelo al Padre Bruno, un joven monje benedictino que les dio nombres e identidades nuevas, mintiendo a las autoridades alemanas, como hizo con otros 400 niños.
Su esposa, Rachelle, también terminó bajo el cobijo del padre Bruno con tan solo tres años. "Recuerdo que vino a mi casa y mis padres me dijeron que me iba de excursión", contaba ella misma a The New York Times en 1992.
"No estamos comparando lo que ocurre en estos días con el Holocausto, pero separar a la fuerza a niños de sus padres es un acto de crueldad bajo cualquier circunstancia", ha explicado la Liga Anti-Difamación en un comunicado.
El rechazo del Papa, Naciones Unidas e incluso el propio bando republicano ha obligado a Trump a rectificar, firmando una orden que frene la separación entre niños y familias inmigrantes sin papeles. Pero llevará un tiempo que padres e hijos puedan reunirse. "Cuanto más tiempo pasen separados, más grande será el daño", recuerda Rachelle Goldstein en la grabación.
Los ciudadanos también se han enfrentado de forma masiva a esta medida. Más de 475.000 personas han donado 18 millones de dólares (15,4 millones de euros) en menos de una semana a través de la página de Facebook Reunite an immigrant parent with their child (reúne a un padre inmigrante con su hijo). Es la recaudación de fondos más grande jamás organizada en Facebook, ha confirmado un portavoz de la compañía a la edición estadounidense de Huffington Post.