Google, el mayor buscador del planeta, no es accesible desde China. La empresa estadounidense abandonó el país en 2010 al rechazar las estrictas normas sobre control de contenido. Esta semana se conoció que la tecnológica está planteándose volver al ruedo en el mercado chino, con una versión de su motor de búsqueda que sí se ajustaría a las demandas de Pekín, es decir, que censuraría todo aquello que el Gobierno chino no quiere que sus ciudadanos vean.
Todos los buscadores operativos en China pasan por el filtro de los censores sin excepción. El más usado con diferencia para los 772 millones de internautas chinos es Baidu, creado por una empresa local. Es, junto a Alibaba y Tencent, una de las grandes tecnológicas del país. También hay otros, quizás más conocidos en el extranjero pero apenas usados en China, como Bing, propiedad de Microsoft, y Yahoo.
Un repaso rápido a los resultados que ofrece Baidu y otros buscadores con negocio en China muestra la realidad paralela en la que viven los ciudadanos chinos en ciertos asuntos:
1. Tiananmen: Google España versus Baidu
La céntrica plaza de Pekín fue escenario, en 1989, de protestas pacíficas por parte de miles de estudiantes que reclamaban reformas democráticas en China. Finalmente el régimen decidió desalojarlos a la fuerza con la ayuda del Ejército, una operación que causó cientos de muertos. Este episodio, uno de los más oscuros de la China contemporánea, no se estudia en los libros de texto, no aparece en los medios de comunicación y, por supuesto, tampoco en Baidu cuando uno busca ‘Tiananmen’. En Google, en cambio, sí hay referencias a la masacre.
2. Liu Xiaobo: Google España versus Baidu
Liu Xiaobo fue quizás el más prominente de los disidentes chinos. Tras publicar una carta en la que pedía la llegada de la democracia y la defensa de las libertades individuales en China, fue arrestado y condenado en 2009 por subversión. Un año más tarde recibió el premio Nobel de la Paz, un galardón que nunca pudo recoger porque murió, en julio de 2017, mientras cumplía condena y a raíz de un cáncer de hígado diagnosticado tarde. Mientras en Google se le define “activista en pro de los Derechos Humanos y las reformas”, la primera entrada en Baidu indica que el Nobel fue otorgado a “un criminal sentenciado a prisión por incitar la subversión del poder del Estado”.
3. Liu Xiaobo: Bing España versus Bing China
Los resultados que muestra el buscador Bing, de Microsoft, dentro y fuera de China sobre Liu Xiaobo son también distintos. Mientras la página en español es similar a la que ofrece Google -con enlaces a Wikipedia o a noticias-, en China los resultados son bastante menos vistosos en imágenes y se basan en las declaraciones del Ministerio de Asuntos Exteriores chino sobre el Nobel. Es un ejemplo de lo que podría ocurrir con Google si finalmente reabre su buscador en China.
La única forma de saltarse los controles de los censores, de traspasar esta Gran Muralla Cibernética, es con la ayuda de una Red Privada Virtual, conocida como VPN. Se trata de un servicio de pago que ofrece conexiones a servidores de otros países, por lo que el sistema piensa que el usuario está accediendo a la página desde otro lugar fuera de China.
El VPN, sin embargo, es un servicio utilizado por una ínfima parte de la población. Generalmente la que por un motivo u otro necesita mantener contacto con el exterior: los extranjeros que viven en China, académicos, estudiantes de intercambio que han vuelto o investigadores. Utilizar este servicio, además, puede ser una experiencia lenta y dolorosa, algunas veces porque se acercan fechas delicadas para el Gobierno chino y los censores redoblan los ataques contra estas plataformas, otras veces simplemente porque sí. Y muchas páginas web de dominio chino no responden con este software activado, lo que convierte navegar por Internet en una yincana digna del Grand Prix.
Más allá de lo incómodo que a veces puede resultar usarlo, la gran mayoría de los ciudadanos chino no lo tiene porque no lo cree necesario. Prácticamente cualquier aplicación que está vetada en China (Facebook, Twitter, Youtube, Instragram, Whatsapp) tiene sus duplicados en el país, hechos por empresas domésticas y que en algunos casos superan en prestaciones a las plataformas occidentales.
Y en cuanto a la censura de los buscadores, muchos la conocen pero a muy pocos les importa, con excepción de los activistas o los que tengan un especial interés en política. Con unos medios de comunicación también controlados por las autoridades y unos ciudadanos eminentemente pragmáticos, a pocos les interesa saber si hay más allá de lo que ven.
Entretanto, el sistema de censura chino es cada vez más sofisticado. A las palabras clave o páginas web prohibidas se le suma la capacidad de detectar imágenes, sonidos, vídeos y otros documentos con una velocidad pasmosa. Google, de finalmente sucumbir a las demandas de Pekín, pasaría a ser una herramienta más de este bloqueo.