A Martín González, argentino residente en Madrid y aficionado al Club Atlético San Lorenzo, le sorprende que la gente dé por hecho que va a estar este domingo en el Bernabéu viendo jugar al Boca Juniors y al River Plate en la polémica final de la Copa Libertadores. "Es como si eres español viviendo en Argentina y todos asumen que vas a ir al concierto de Joaquín Sabina en Buenos Aires", dice a Verne entre risas.
Lo que sí admite es que en su país son tan creativos a la hora de hablar de fútbol en general como lo son para insultar a su propia selección. Tanto que hasta tienen un término hasta para definir el oligopolio en los medios de comunicación de los dos equipos argentinos que se enfrentan este domingo en Madrid: bover.
El término, compuesto con los nombres de ambos clubes, es "la venganza de los hinchas del resto de equipos ante la prepotencia" de los dos líderes, explica el diario argentino Clarín en un artículo. Entre esos equipos neutrales, se encuentra el San Lorenzo al que apoya González.
Es una situación que a España le es familiar con el Real Madrid y el Fútbol Club Barcelona. Muchos de los términos futbolísticos españoles tienen su propia versión en Argentina.
Términos argentinos
Ser un muerto: ser paquete; un mal jugador. También ser un tronco. Si encima corre poco, además de gritarle "movéte, que te va a mear un perro", los aficionados argentinos dicen que el jugador "es más lento que Only You", en referencia a la balada clásica de The Platters.
Así de lentos son los malos jugadores argentinos
Bailar al rival: pegar una paliza al equipo rival; ganar por mucha diferencia de goles. También hacer al otro equipo pelo y barba. Ejemplo: "Tremendo baile del Boca al River".
Operar al rival: hacer una entrada muy agresiva. También se puede decir pegarle hasta la madre. Ejemplo: "Pinola operó a Benedetto".
Bilardismo: las tretas extradeportivas para ganar. Por ejemplo, cuando un jugador menciona a la madre o la novia del jugador rival para que pierda la concentración. El término existe en honor del exjugador Carlos Bilardo.
Fierrazo: un buen tiro a gran distancia de la portería rival.
Fierrazo al travesaño
Referí: el árbitro. Versión libre de la palabra inglesa referee. Un canto popular de los hinchas argentinos cuando el árbitro no tiene una buena actuación es "referí, referí, de la cancha no salís".
Orsai: fuera de juego. Al igual que referí, es una adaptación de un anglicismo. En este caso de offside.
Comer banco: chupar banquillo. Al banquillo se le llama banco de suplentes.
Un barra brava: un hooligan o hincha violento. Como los que se han quedado en el aeropuerto de Barajas.
Hacer una sotana: hacer un caño; pasar el balón entre las piernas de un jugador rival.
A los hinchas argentinos les gusta una buena sotana
Un pecho frío: jugador que no siente la camiseta de su equipo o no da la talla.
Un lírico: jugador con mucha clase. "Solari lo era y Zidane también, a pesar del cabezazo que dio en la final del Mundial 2006", dice a Verne Martín González.
Un morfón: jugador que no comparte el balón con sus compañeros.
Un morfón de libro
Quilombo: es una situación conflictiva de difícil solución, pero también puede ser algo positivo, como una fiesta. O puede hacer referencia a una idea renovadora o una amenaza. Sin embargo, en relación con el fútbol significa lío. En este artículo de EL PAÍS se explica mucho más sobre el término quilombo.
Por qué son lenguajes tan distintos
La razón por la que tantos términos futbolísticos varían de un país a otro es porque se han gestado en los propios estadios de fútbol. "Su origen tiene lugar en un ámbito ligado con la oralidad y de naturaleza informal que luego han pasado a la lengua escrita", recuerda a Verne la lingüista argentina Andrea Bohrn, profesora en Letras de la Universidad de Buenos Aires.
Por eso, la ironía y cierta agresividad forman parte de su ADN. "Muchas de esas expresiones nacen con la idea de provocar al contrincante".
"Cuanto mayor sea la distancia entre regiones que hablan el mismo idioma, más evidentes son sus diferencias linguísticas y, cuanto más coloquial es el habla, más notables son las particularidades", comenta Bohrn. Por eso, en el fútbol se nota todavía más.