En la fábula clásica de la cigarra y la hormiga que todos conocemos, la cigarra acaba muriendo de hambre por no recolectar alimentos durante el buen tiempo. En la nueva versión que se ha popularizado en España y Latinoamérica, al final, no queda ningún bicho vivo: muere la hormiga, la cigarra (que en algunas variantes se sustituye por una cucaracha) y hasta un grillo. Es una fábula política originada en Brasil tras la victoria de Jair Bolsonaro en la primera vuelta de las elecciones brasileñas y que, durante las últimas semanas de febrero, ha aparecido traducida al castellano en decenas de publicaciones de Twitter y Facebook, algunas con miles de compartidos:
En la primera versión de esta fábula, algo más corta que la española, solo aparecen aparecen una hormiga y una cigarra, que vota al insecticida por odio a la hormiga. Esta se popularizó en Brasil a mediados de octubre de 2018, pocos días después de la victoria de Jair Bolsonaro en la primera vuelta de las elecciones brasileñas. Iba acompañada de una ilustración de la fábula de la hormiga y la cigarra original, con el texto de la nueva versión escrito sobre ella:
La versión que se ha popularizado en España –y también en Italia– durante los últimos días cambia a la cigarra por una cucaracha, y añade a un protagonista más: el grillo, que se abstiene y también muere por el insecticida. Esta versión, que es actualmente la más popular de esta fábula política, se hizo viral en Brasil gracias a una pancarta cuya traducción es idéntica al texto que muchos usuarios están compartiendo en nuestro país: "La hormiga, por odio a la cucaracha, votó al insecticida. Murieron todos, hasta el grillo que se abstuvo".
Esta pancarta aparece en centenares de publicaciones de Twitter, Instagram y Facebook, algunas de ellas con más de 50.000 compartidos. La imagen, sin embargo, no fue tomada en Brasil: es de una manifestación contra Bolsonaro que tuvo lugar en Lisboa, el 21 de octubre de 2018. El fotógrafo portugués Horacio Villalobos también inmortalizó a la manifestante que llevaba la pancarta:
Pero, ¿quién es la hormiga y quién la cucaracha?
Uno de los motivos que explican el auge de Jair Bolsonaro en Brasil fue el rechazo al Partido de los Trabajadores. Este partido, que había dominado la política brasileña durante décadas, se había visto envuelto en los últimos años en escandolosos casos de corrupción. Esto, sumado a la crisis económica y de seguridad del país, provocó que muchos brasileños votaran a Bolsonaro solo para castigar al Partido de los Trabajadores y apartarlo del poder. Es en ese contexto donde, entre los contrarios a Bolsonaro, surge esta fábula: la hormiga serían los votantes que quieren derrotar al Partido de los Trabajadores. Bolsonaro, el insecticida.
En España tenemos una fábula similar que, gane quien gane, resucita siempre tras las elecciones. Aquí, más que de insecticida, somos de votar al meteorito.