Poco tiene que ver la frase inicial de la final en el juego del teléfono escacharrado que tantos tiempos muertos ha ocupado en los patios de colegio. En él, un grupo de personas se repiten de uno a uno al oído un pequeño texto que, en casi todos los casos, llega al último participante bastante distorsionado. Un vídeo publicado en Facebook y con millones de visitas muestra cómo la cosa no cambia si cambiamos las palabras por mímica. El lío se forma de todos modos.
La grabación publicada el 18 de febrero por Albena Tonkin, una especialista en nutrición que aparece de forma regular en la televisión búlgara, supera los 29 millones de reproducciones en su primera semana en la red social. "Nos gustó la idea y lo probamos este fin de semana. Mirad cómo usamos nuestra forma de comunicar", comenta ella misma en su mensaje.
En el vídeo, que también aparece publicado en cuentas de Facebook en español bajo el título de así es como se tergiversan las cosas, se ve cómo se inicia el juego durante un actividad grupal. El mensaje creado con gestos intenta sobrevivir a las interferencias de más de 20 personas.
Lo que al principio es una sencilla simulación de alguien arrancando una moto con las manos en los manillares y conduciendo con ella termina siendo un gesto parecido al de limpiar cristales. Entretanto, algunos participantes hacen un gesto parecido a bailar en un chiringuito de playa.
Un juego universal
La intención de este juego en grupo, además de las risas, es la de destacar la facilidad con la que se corrompe una información cuando se transmite de forma indirecta. En España se llama teléfono escacharrado, pero en países de América Latina se cambia el adjetivo por descompuesto, roto o malogrado.
En inglés se llama chinese whispers (susurros chinos) o telephone game (el juego del teléfono), en italiano telefono senza fili (teléfono sin hilos) y en francés téléphone arabe (teléfono árabe).
Como ocurre en el vídeo, el divertimento no siempre se basa en una frase. En el juego de mesa Interferencias, el vehículo de transmisión es el dibujo, que representa una palabra.
Journal of Neuroscience publicó en el año 2012 un estudio que comprueba que nuestra memoria funciona como el teléfono escacharrado sin necesidad de que terceros tergiversen el mensaje. Cada vez que recordamos algo, olvidamos o añadimos detalles. La siguiente vez que recurrimos a ese mismo recuerdo, volvemos a modificarlo. Es decir, en vez de ir perdiéndose el mensaje de persona a persona, ocurre de día a día.
La Escuela de Medicina de la universidad estadounidense de Northwestern lo probó con varios voluntarios, a los que sometieron a una prueba de memoria durante tres días consecutivos: tenía que colocar 180 objetos en una cuadrícula. Los resultados mostraron que, al tercer día, los participantes colocaban los objetos cerca de donde los habían colocado el día anterior, que no necesariamente era el lugar correcto.