Le, la y lo. Son tres pronombres de dos letras cada uno. Pero por pequeños que sean a veces nos traen complicaciones y usamos uno de ellos cuando, según la norma, sería mejor que optáramos por otro.
En general, se usan los pronombres lo y la (y sus plurales) para el complemento directo, y el pronombre le (y les) para el indirecto.
- Cierra el libro y ponlo ahí. (El libro es complemento directo).
- A María la vi ayer. (María es el complemento directo).
- Voy a servirle un café a María. (María es el objeto indirecto y un café, el directo).
Como explicaba la lingüista Lola Pons en este artículo publicado en Verne, para diferenciarlos con más facilidad, podemos aplicar "esta norma de andar por casa. Si pasas una frase a femenino y usas la es porque en masculino deberías usar lo. O sea, que si a tu madre la amas, la llamas, la ves todos los días y la acompañas a clases de alemán, a tu padre deberías amarlo (y no amarle), llamarlo, verlo a diario y acompañarlo a clases".
Eso sí, tal y como contábamos en nuestros propósitos lingüísticos para 2019, se permite el leísmo referido a persona singular. Pero no a cosa, como en “¿has visto a Jorge? Sí, le vi ayer en el parque”. Pero no: “A tu perro le vi en el parque”.
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