No lo iba a contar por mucho que insistiéramos. El actor de doblaje Eduardo Bosch ya sabe todo lo que tiene que saber sobre el último capítulo de Juego de tronos, al menos en lo que respecta a su personaje, Jon Nieve. [No hay spoilers recientes en este artículo, pero se comentan algunos eventos concretos de las temporadas 1 y 5]
El hombre que jamás desveló quién era la protagonista invisible de Cómo conocí a vuestra madre –puso voz al personaje de Marshall– tampoco comenta ni una palabra de lo que pasará en Invernalia. Ni siquiera lo hace con su propia familia o sus compañeros de rodaje. “Es parte de nuestro trabajo. Solo puedo asegurar que será brutal y estéticamente maravilloso”, dice a Verne horas antes de que se emita el esperado final de la serie de HBO.
La superproducción más ambiciosa de la historia de la televisión ha sido igual de exigente con sus actores de voz. Recordemos que algunos de ellos han tenido que aprender valyrio y dothraki.
Y eso que al principio no tenían ni idea del éxito que iba a tener la serie. Él hizo la prueba como si fuera un proyecto más. Solo sabía que era una serie épica basada en una saga literaria que no conocía. “Me avisaron por Facebook algunos admiradores de George R. R. Martin de dónde me estaba metiendo”, comenta el actor por teléfono.
Lo que sí recuerda es haberse quedado impresionado desde el primer capítulo “con los efectos, las localizaciones, la espectacular ambientación y el vestuario impecable”. Y también con la calidad de sus intérpretes originales: “Nos han hecho esforzarnos mucho para estar a la altura. Peter Dinklage (Tyrion) es todo un descubrimiento, Lena Headey (Cersei) es magnífica y Maisie Williams (Arya) ha demostrado ser brutalmente intuitiva a pesar de su juventud”.
La serie dejó claro desde el principio que en este violento y cruel relato nadie era imprescindible cuando el personaje de Sean Bean (Ned Stark) murió decapitado. “Los compañeros nos decíamos a menudo al final de las sesiones de grabación no sé si te volveré a ver, porque estábamos preparados para cualquier cosa”, comenta Eduardo Bosch.
"No es un culebrón"
Tras décadas de profesión, solo recuerda dos momentos que despertaron tantas pasiones encontradas como Juego de tronos. Fue en los últimos episodios de las series Perdidos (2010) y Twin Peaks (1991). Con ellas, dice, hemos vuelto a la intensidad con que se vivían las series de los ochenta como Dallas, Dinastía o Falcon Crest.
Por eso, el Jon Nieve español no entiende del todo las críticas que está generando esta octava temporada. “Los detractores de última hora deberían recordar que no están viendo un culebrón. Esto es Juego de tronos y hasta ahora los personajes nunca han terminado casándose con el amor de su vida, siendo felices y comiendo perdices”, dice, sin hacer referencia al último episodio.
Bosch Nieve Foto: Fernando Ribes
Aunque no da la cara en las series en las que participa, hay quien tiene buen oído y le reconoce. Ocurre con los taxistas, siempre atentos a los pequeños detalles, pero no todo el mundo está igual de atento. “Hace poco, escuché comentar un capítulo a un par de chicas que estaban fumando cerca de mi coche. Les dije, por hacer la broma, pues yo soy Jon Nieve. Se marcharon diciendo más te gustaría…”.
En realidad, sí hubo una vez en la que Bosch hizo un breve comentario sobre lo que le pasaba a su personaje antes de que se emitiera en televisión. “Fue en el capítulo final de la quinta temporada (cuando Jon Nieve es apuñalado). Me crucé por el pasillo con los actores que pusieron voz a los miembros de la Guardia de la Noche que le traicionaban y solo les dije una palabra: cabrones. Ellos entendieron a qué me refería”.