Vete a casa, Evolución. Estás borracha

El libro 'WTF Evolution', de Mara Grunbaum, recoge los animales más raros que uno puede encontrar

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La naturaleza es sabia y está llena de toda clase de maravillas. Aunque a veces parece que sea vaga, que no tenga tiempo suficiente para hacer su trabajo o que esté de resaca, como nos recuerda la periodista científica Mara Grunbaum en su libro WTF, Evolution?!: A Theory of Unintelligible Design, que podríamos traducir como ¿Pero qué c*** haces, Evolución? Una teoría del diseño incomprensible, del que extraemos algunos ejemplos en esta galería.

El libro reúne más de un centenar de fotografías de animales con físico, digamos, sorprendente, que tienen su origen en el Tumblr de la autora. En esta web mantiene diálogos con la Evolución en los que le pregunta si realmente era buena idea, por ejemplo, que el lagarto cornudo se vea obligado a defenderse expulsando sangre por el ojo.

Obviamente, lo es. En cierto modo. Porque Grunbaum usa estos ejemplos para explicar que la evolución no tiene ningún objetivo final ni ninguna lógica interna: "Nunca se pregunta a sí misma cuál sería la táctica de defensa más inteligente que podría darle a ese tritón, cuál es el método de reproducción más simple que podría usar ese canguro, o si ese pez se parece a un pez. En lugar de eso, prueba todo tipo de ideas poco meditadas, poco aconsejables o completamente ridículas hasta que algo tiene éxito... Y cuando lo tiene, el resultado no siempre es bonito". Pero eso no quita que este resultado siga siendo asombroso y, en ocasiones, divertido. Aunque es posible que el lagarto cornudo no esté de acuerdo.

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El camaleón de Jackson tiene tres cuernos y, como todos los camaleones, dos ojos que le permiten ver en direcciones diferentes.

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El lagarto cornudo se defiende de los coyotes y de los zorros arrojando sangre por sus ojos. Porque morder es muy mainstream, al parecer. Esta sangre contiene sustancias nocivas. Si alguien se atreve, aquí hay vídeo.

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La rana púrpura vive en las montañas Ghats Occidentales (India). Pasa la mayor parte del tiempo bajo tierra y apenas sale unas semanas al año para aparearse. Está en peligro de extinción debido a la deforestación de la zona.

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El pez lobo vive en el norte del Atlántico y en el Ártico. Mide metro y medio de longitud, y esos dientes que parecen tan mal puestos le sirven para comer incluso erizos de mar. La Wikipedia cuenta que la carne de estos peces es muy sabrosa.

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Estos delfines del Irrawaddy (en el sudeste asiático) que parecen alienígenas tienen unos labios flexibles que les permiten expulsar agua por la boca, un truco que usan para pescar.

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Este erizo de mar se llama en español erizo corazón. En inglés, patata de mar. Mide unos 9 centímetros y pasa la mayor parte de su vida enterrado en la arena.

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Si los peces hacha te dan miedo, no te preocupes: para verlos en directo tendrías que sumergirte a las profundidades abisales del Atlántico y el Pacífico. A no ser que tengas tendencia a sufrir pesadillas. En tal caso, espera a esta noche. Aunque sólo miden unos diez centímetros. Eso también hay que decirlo.

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La gamba mantis golpea tan fuerte con sus pinzas que las ondas pueden romper el cráneo de un pez. Es el animal favorito de The Oatmeal (y, por tanto, de medio internet). Este viñetista dedicó una infografía a la gamba mantis, con datos tan locos como que mueve sus miembros tan rápido que el agua a su alrededor hierve, que podría romper el cristal del acuario (convencional) que osara intentar retenerla y que tiene dieciséis conos receptivos de color (nosotros tenemos tres). ¿Quieres ver un vídeo? Claro que quieres ver un vídeo.

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La tardígrada (oso de agua) mide medio milímetro y puede sobrevivir en situaciones extremas: temperaturas bajísimas, radiación y en el espacio exterior. Cuando las cosas se ponen complicadas, entra en animación suspendida, un estado que puede durar hasta 120 años. Se han encontrado fósiles de tardígradas de hace más de 500 millones de años.

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El zopilote rey o cóndor real vive en bosques tropicales entre México y Argentina. No tiene sus elegantes plumas blancas en la cabeza porque no serían prácticas a la hora de meter el pico en los cuerpos putrefactos de los que se alimenta.

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El picozapato parece el hijo del Joker y de un pelícano. Vive en ciénagas del África tropical y oriental, donde come ranas, peces y crías de cocodrilo.

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Aunque se parece a la montaña de basura de Fraggle Rock, el piez piedra no es tan simpático: vive camuflado en las aguas tropicales del Pacífico y del Índico y es el pez más venenoso que existe, pudiendo ser letal para los humanos.

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El protagonista de esta foto es el crustáceo pequeño que se ve en la boca del pez: es un isópodo. Se adhiere a la lengua de los pececillos, atrofiándola y desintegrándola, para después alimentarse de las mucosas de su huésped. A cambio, funciona como lengua normal para el pez, que no recibe mayor daño. Sí, sé lo que estáis pensando: ojalá tener un monstruo en lugar de lengua. Pero no se puede tener todo en esta vida.

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Este mono que se parece a aquel compañero de tu clase se llama mono narigudo o násico. Sí, no se complicaron mucho la vida bautizándolo. De pequeños tienen la cara azul y de mayores tienen una nariz larga y carnosa que se hincha y se vuelve roja cuando se excitan o se enfadan.

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El langur chato dorado es un mono que vive en las provincias chinas de Sichuan y Gansu, y que no tiene nariz. Sí, es cierto, el azul es un color que sienta muy bien a los animales azules. Este artículo de NPR (la radio pública estadounidense) explica que ningún vertebrado puede generar pigmentos azules y, de hecho, cosas tan azules como una pluma de pavo real no los contiene: la mayoría de estos animales presenta estructuras que reflejan el color de modo que lo vemos azul.

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El babirusa de las islas Célebes (Indonesia) necesita un dentista, como sugiere Grunbaum. Estos animales tienen colmillos extra que son demasiado débiles para luchar, no sirven para comer y que crecen tanto que al final pueden atravesar su cráneo y matarlos.

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Eso que veis en el centro de la foto es la nariz del topo de nariz estrellada. Esos tentáculos le ayudan a apartar la tierra de las fosas nasales cuando está cavando. Gracias, evolución.

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Los saigas son unos antílopes asiáticos que podrían ser clientes de la cantina de Star Wars.

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El nendo o murciélago de la fruta con nariz en forma de tubo vive en las islas Salomón y su nariz, según Grunbaum, es una broma hilarante, "¿verdad, Evolución? Porque esta no es su nariz real".

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El pelo del cangrejo yeti alberga millones de bacterias que se alimentan de los productos químicos que atrae el animal. Cuando el cangrejo tiene hambre, se come a esas bacterias. Lo cual es práctico teniendo en cuenta que viven a más de dos mil metros de profundidad cerca de las fuentes hidrotermales de una región cercana a la Isla de Pascua. No tiene ojos. En vídeo son inquietantes.

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El árbol esponja ping-pong es un regalo que la evolución nos trajo del futuro, según Grunbaum. También es una esponja carnívora.

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Esta oruga hallada en México podría ser una larva de una mariposa llamada acraga goa, aunque no está nada claro: se fotografió y descubrió en 2012.

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Acabamos con un clásico: el ornitorrinco, que Grunbaum sugiere que la evolución hizo con sobras de otros animales. Al fin y al cabo tiene pico de pato, cola de castor y espolones venenosos en sus tobillos (es uno de los pocos mamíferos venenosos que hay). Normal que el primer zoólogo en examinar un ornitorrinco disecado pensara en un primer momento que era una falsificación hecha con trozos cosidos de varios bichos.

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