Ahora que no podemos vernos tanto como nos gustaría, es fácil recordar todas esas cosas que no hemos dicho a las personas de nuestro entorno: desde mensajes de cariño a confesiones. ¿A quién estás agradecido y no se lo has dicho lo suficiente? ¿Qué promesa has hecho para "cuando todo esto pase"? Es el momento de mandar esos mensajes que no hemos enviado. Hasta ahora.
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15 de febrero de 2003.
17 de enero de 2007.
Ojalá pudiera borrar de nuestras vidas esos dos días.
Hoy he soñado que me abrazabas. He despertado sintiendo aún tu presencia y muy dolida porque sé que no volveré a verte.
Siento tanta rabia papá.
Me han quedado muchas cosas que decirte , si hubiéramos sabido...pero ya no estás y no sé si hay algo ahí que preserve lo que eras. Si estás en algún sitio te diré que me arrepiento tanto de no haber pasado más tiempo contigo y de no haber entrado aunque fuera a empujones a despedirme de ti.
Algún día volveré a soñar contigo y despertaré sonriendo.
Me pasé el final del instituto colgada de ti. Y a pesar de estar juntos en una clase de diez, nunca me atreví a hablarte. Aunque veía lo solo que estabas, pudo más la vergüenza. Cada vez que veo un chico con cresta me acuerdo de ti y me pregunto cómo te habrá ido. Creo que nos hubiésemos caído bien. No echo de menos haberme "declarado", pero pienso que podríamos haber sido buenos amigos, que ojalá hubiese vencido mis miedos antes. Veía que necesitabas un amigo y yo quería ser esa persona, pero jamás di el paso. Y me arrepiento.
Nunca te dije lo mucho que te admiraba; lo inteligente, culto y divertido que eras. Tampoco, que mirando por el retrovisor, me arrepiento de haber preferido a aquel chulazo.
Perdona, madre, si no he sido tu punto de apoyo, tu reposo, tu fuerza o tu alegría. Solo esperar, al final, que encuentres el consuelo que no te supe dar.
De tu hija.
¿Por qué tantas ocasiones en que nos reímos, tantas noches en que nos desvelamos hablando y hablando, tantas visitas a tu casa, tantos intercambios de libros, tantas obras de teatro, tantas funciones de danza, tantas películas, tantas personas que hemos conocido, tantos meses sin hablarnos, pero recordándonos irremediablemente, tantos chistes pésimos, tantas malas elecciones de carrera, tantos cigarros (sólo uno), tantos kilómetros lejos y tantos centímetros cerca me hacen superar las dos llamadas que me hiciste, los muchos mensajes que me mandaste, que yo no te contesté? ¿Por qué busco olvidarte y por qué no puedo?