Ahora que no podemos vernos tanto como nos gustaría, es fácil recordar todas esas cosas que no hemos dicho a las personas de nuestro entorno: desde mensajes de cariño a confesiones. ¿A quién estás agradecido y no se lo has dicho lo suficiente? ¿Qué promesa has hecho para "cuando todo esto pase"? Es el momento de mandar esos mensajes que no hemos enviado. Hasta ahora.
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Algo pasó en febrero cuando nos vimos por primera vez. Sea lo que sea, gracias por estar ahí
He estado pensando, pausada, escribiendo razones que den fuerza a mi teoría y te confieso, sin miedo a equivocarme, estoy segura. Si yo fuera tú no me dejaría escapar. Lo lanzo al aire de este país, que triste y aterrado lo filtra. Por si te llega...
El sistema pregunta de quién te acuerdas en estos momentos y yo me acuerdo de ti. Cometimos muchos errores: los cometi yo, seguramente tú también. Pero por encima de todos esos errores quiero decirte que yo te quería, que no lo supe hacer, que no lo he sabido hacer nunca, que sé que quieres marchar, que te quiero dejar marchar, pero que no puedo dejar de pensar que habría sido tan bonito, que sería tan bonito...
¡Cuesta tanto hacerse mayor!
Por los besos que dimos en el pasado.
Por los besos que nunca quisimos.
Por los besos que nunca nos atrevimos a dar.
Por los besos que llevamos acumulando un mes.
Por los besos que damos a traves de la pantalla.
Por los besos que pronto daremos.
Por los besos que nos debemos.
Por el beso que necesito.
Bésame, "chorbo"
Siento no haber sido valiente cuando fue el momento de serlo, siento las palabras no pronunciadas en voz alta, siento los escondites y parapetos. Te quiero a mi lado, no quiero tenerte ya más tan cerca y tan lejos
La cámara siempre os mira desde ángulos imposibles. La luz de la lámpara lucha para haceros difícilmente visibles. El dispositivo tiembla para que vuestra imagen sea borrosa. Pero todo sus esfuerzos son inútiles. Cada noche lucháis con una tecnología fría y extraña. Y vencéis. Siempre vencéis. Esos chismes no saben que nunca podrán ganar a unos abuelos deseando hablar con su nieto.
Un día, al acompañar a tus hijos al cole, tus ojos se cruzan con otra madre que acompaña a los suyos, y sientes algo que dejaste de sentir hace años. En ese momento, en ese instante, todo vuelve a ser igual y diferente.
Ella también lo siente pero lo reprime; le agrada, pero no lo coge.
La rutina se convierte en excepción, los lunes en sábados y un café acompañado en un placer supremo.
¡Qué empiece la semana! Quiero que nuestras miradas se crucen en la puerta del colegio.
No puedo vivir sin ti (no hay manera). Aunque sea imposible, aunque me esconda tras las redes. Quiero que siga el confinamiento para no tener que enfrentarme al dolor de verte y no tenerte.
Odias estas cosas, por eso nunca te diré que me muero de ganas de estar contigo abrazada, y mucho menos, que se lo he gritado al mundo desde un rincón de internet. Sueño contigo día sí, día no me acuerdo. Tampoco te lo diré, aunque a veces, sueño que hago lo que sueño.
Duele tu partida, pero no quiero imaginar si estuvieras presente en este tiempo. Aquí ya no podrías volar, visitar amigos y salir, allá eres libre. Te Amo.
Hoy te confieso…
Que con los ojos abiertos aún no había soñado,
que iba a vivir contigo confinado.
Que sin ti estos días no habría salido el sol,
los pocos ratitos que sale.
Que te aseguro no habría reído tan fuerte,
si no hubiese podido abrazarte.
No existe mejor persona y por eso…
…hoy te confieso.
Claro que te echo de menos y te recuerdo, que me acuerdo de tu cumpleaños y de muchas de las cosas que vivimos juntos.Ya hace 27 años que no me miras a la cara, que no sabes de mí, aunque delante del resto digas que me echas de menos. He tratado muchas veces de ponerme en contacto contigo y siempre me has rechazado. Sentirás no conocer a tus nietos, que se han convertido en unos adultos responsables y todo gracias a su padre y a mí. Espero que algún día lo lamentes. Será tarde seguro
Es este tiempo de crisis, se piensa en los buenos momentos vividos. Y se recuerda a las personas significativas. Y se desea y se pide que estén bien. Que salgan bien de esto.
Son mis deseos para vos y tu familia.
Creo que nunca lo dije porque no lo sabía aún, pero esa torta de dulce de leche con claras a punto nieve (creo) me gustaba un montón. Estos días me acordé de los cumpleaños míos y de mis hermanos y de que siempre esperaba comer esa ricura que solo vos sabías preparar.
Ahora hace años que no la como y, en esta maldita cuarentena, me encantaría volver a probarla.