Desde hace ya unos cuantos años, los niños que acuden a las cabalgatas de los Reyes Magos tienen un enemigo: los adultos que utilizan paraguas del revés para coger cuantos más caramelos mejor. Los más pequeños se ven completamente desplazados por una herramienta contra la que no pueden competir y que muestra la poca visión que tienen los mayores que recurren a este ingenio, ya que a los niños les gusta tanto recoger los caramelos como comérselos. Y más si tenemos en cuenta que los que se arrojan en estos eventos no suelen ser los de mayor calidad y mejor sabor. Esta ceguera lleva a ingenios como este:
Y a propuestas como esta (qué remedio).
Además de a consejos y burlas que pueden ayudar a combatir el tormento de los paraguas o, en su defecto, a sobrevivir con algo de buen humor a una tarde en la que la magia de la Navidad se ve en más de una ocasión truncada por codazos, empujones y volteretas dignas de una película de superhéroes. Y todo por caramelos que en muchos casos son (horror) de anís.
En resumen: el truco barato del paraguas no gusta a nadie.