“Somos una federación de microblogueros que, como tú, están motivados por ética y solidaridad y quieren abandonar los servicios centralizados capitalistas”. Este es el primer mensaje que se lee al teclear en el navegador quitter.se. Justo debajo aparece una línea temporal y pública similar a la de Twitter: usuarios comentan, comparten información con o sin enlaces, discuten, mencionan otros perfiles, hacen chistes… Igual que en la red social. Entonces, ¿cuál es la diferencia?, ¿a Twitter le ha salido un clon?, ¿por qué hay tantos tuiteros españoles allí?
Desde hace un par de días los usuarios españoles se han preguntado de manera tan insistente de qué se trata esta plataforma de microblogging que han convertido Quitter en Trending Topic mundial.
¿Entonces, qué es Quitter?
“Una red descentralizada, similar en lo superficial a los servicios capitalistas, pero muy diferente en el fondo”, explica el sueco Hannes Mannerheim, especialista en software libre y desarrollador de Qvitter (una interfaz tipo Twitter de GNU social). “Nos oponemos a la manera en la que las grandes corporaciones controlan Internet”, dice en nombre de los activistas de distintas partes del mundo –en sus propias palabras- que han ideado el proyecto. “Sitios como Twitter, Google y Facebook se benefician económicamente de cómo nos comunicamos al tiempo que controlan cada vez más nuestras vidas filtrando qué información nos debe llegar y cuál no. Una actitud antidemocrática”.
El código de Quitter es libre, cualquiera puede usarlo, mejorarlo e instalarlo en un servidor para crear una nueva plataforma. Por esta razón han aparecido decenas de servicios similares: el noruego, el islandés... “Así conseguiremos crear una gran red en la que las personas se pongan en contacto unas con otras y puedan compartir información con libertad”, cuenta Mannerheim.
Los antecedentes
En 1983, el programador estadounidense Richard Stallman encabezó un movimiento que abogaba por el software libre. Es decir, defendió que las herramientas que se usaban en la red debían ser de acceso libre, gratuito y universal. Esta corriente filosófica se fundamentó en un manifiesto y en el proyecto GNU que proclamó el copyleft como su máxima: “libertad para ejecutar, copiar, modificar y distribuir”. En los últimos años uno de los proyectos desarrollados bajo este espíritu ha sido GNU social, un intento de crear una red social libre y descentralizada gracias a la colaboración de desarrolladores voluntarios de todo el mundo. Quitter es solo uno de los servidores en los que un usuario puede probar GNU social.
¿Quién está detrás?
“Somos un colectivo que de manera voluntaria trabaja en el proyecto en su tiempo libre”, explica Hannes Mannerheim. El servidor donde se almacena Quitter.se está gestionado por la organización sin ánimo de lucro En Kompis Kompis, donde trabaja este desarrollador. “Nuestra fuente de ingresos son las donaciones que por el momento no son suficientes para cubrir los costes, así que estamos poniendo dinero de nuestro bolsillo”.
¿Quién usa Quitter?
Es difícil saber cuántos usuarios tiene una GNU social: “A partir de un nodo/espacio como quitter.se no se puede determinar toda la red”, dice Mannerheim. Lo que sí se ha medido es el impacto de la fiebre de los tuiteros españoles por probar Quitter.se: “Hemos contabilizado unos 5.000 usuarios en este servidor sueco, mil de ellos se han incorporado en los dos últimos días”. Ante esta “avalancha inesperada” tuvieron que redirigir a los curiosos a otros servidores (Quitter.no, Quitter.is o Quitter.zone) para que pudieran registrarse, todo ante la estupefacción de los usuarios que ya estaban presentes y que vieron cómo los timelines se llenaban de hispanohablantes.
“Hasta hace un par de días, cuando los españoles llegaron por miles, éramos solo unos cientos de usuarios en esta GNU social”, asegura el desarrollador. La consecuencia inmediata fue que el servicio funcionó con tal lentitud que era casi inaccesible. “Por ejemplo, el viernes solo Quitter.no consiguió 750 nuevos perfiles”. Una cifra destacable, pero aún pequeña. Si el crecimiento se mantiene, el desarrollador cree que tendrá que alentar a otros usuarios a que usen el código libre para ir ampliando la red (“de hecho, he oído que está en proceso un Quitter.es”).
¿Por qué lo usan los tuiteros españoles?
Todo empezó el 15 de enero, cuando la tuitstar @barbijaputa (con más de 150.000 seguidores) decidió abrirse un perfil en Quitter, aunque, como los usuarios que la siguieron, no ha cerrado su cuenta original. Twitter le había enviado un email informándole de que paralizaba su actividad por una denuncia relacionada con este tuit:
@Barbijaputa: Claro, os vais de put*s y os picáis la ven* y ¿quién tiene que pag*r? Él: [foto de su avatar].
El mensaje respondía a este otro:
“Mandar este correo [aceptando las condiciones de Twitter para recuperar su cuenta] y pasar por el aro me resulta bastante irritante, a mí e imagino que a todos los que han sido censurados en el pasado, que no son pocos, ya que aceptar esas reglas es, en cierta forma, aceptar que eres culpable de algo, sin serlo”, escribió en un post titulado #JeSuisBarbijaputa en su blog en eldiario.es. “En mitad del debate sobre la libertad de expresión, yo me pregunto: ¿cuándo vamos a mudarnos a una red social que abogue por la libertad de expresión, que censure verdaderos comportamientos delictivos y que, si no es mucho pedir, no trafique con nuestros datos personales?”. Dicho y hecho. Miles de seguidores la imitaron en pocas horas, provocando la pequeña fiebre por GNU social comprobada por Mannerheim.
El desarrollador ve detrás del fenómeno español “el descontento de los usuarios con la publicidad y la centralización de Twitter”. La fiebre por Quitter recuerda a la ocurrida en septiembre con Ello.co o en su momento con Diaspora, Wave, Yo y otros muchos servicios sociales que prometían terminar con Facebook o con Twitter. La moda suele terminar pronto: al final, lo que los usuarios valoran es que sus contactos utilicen el mismo servicio, y es difícil poner de acuerdo a comunidades amplias para que se muden.
¿Cómo funciona Quitter?
1. Por el momento, y ante la avalancha de nuevos usuarios, queda sitio en Quitter.zone (o en alguno de los otros servidores de Gnu social).
2. El registro es gratuito y requiere los mismos datos que Twitter: nombre de usuario, email y contraseña. El perfil se puede personalizar con una imagen, una breve biografía, una web y la ubicación.
3. Quitter clásico, Quitter nuevo: al tratarse de una red social colectiva y en desarrollo hay ciertas utilidades que se encuentran en la denominada zona clásica (la originaria) y otras que se han ido incorporando a la nueva interfaz.
4. Una línea temporal pública: no es necesario seguir a otros usuarios para saber de qué se está hablando. Quitter ofrece la posibilidad de ver todas las cuentas registradas desde su página principal .
5. Se quittea, no se tuitea: La extensión es de 250 caracteres (solo en algunos de los servidores).
6. Los iconos para responder, requittear o marcar favorito son iguales a los de Twitter.
7. Las menciones de otros usuarios y las notificaciones también se presentan de manera similar. En lugar de estar en la parte superior de la plataforma, están en un menú a la izquierda de la línea temporal de cada usuario.
8. Cuenta privada o pública. Aun siendo pública, se puede optar porque el sistema te avise de los nuevos seguidores y así decidir si quieres o no que forman parte de tu comunidad.
9. Quitter y Twitter pueden estar sincronizados: los creadores advierten que al tratarse de una red social de reciente creación puede haber problemas y no en todos los casos un mensaje que se lance en Twitter aparece en Quitter y al revés.
10. Mensajes directos: por el momento está opción no aparece a primera vista. Es necesario ir al perfil, acceder a Quitter Classic y desde ahí a la bandeja Messages.
11. Hay listas y hay grupos: cualquier usuario puede crear o pertenecer a un grupo público siempre que no vulnere derechos fundamentales o se use lenguaje ofensivo. También se pueden crear grupos privados en los que el gestor limitará quién accede. Las listas solo se pueden crear en esa zona clásica de Quitter. “Son difíciles de hacer”, advierten.
12. Bloquear: los usuarios se pueden paralizar exactamente igual que en Twitter. Solo hay que incluir el @nombre de quien se quiera restringir desde el perfil de cada cuenta en la zona clásica.
13. Los hashtags: se crean usando el símbolo #. No aparece (por el momento) un listado de las palabras más usadas en Quitter a semejanza de los Trending Topics, pero se puede saber quién está comentando qué usando un hashtag de la misma manera.