El pasado miércoles fue un gran día para Paul Allen, cofundador de Microsoft y uno de los hombres más ricos del mundo. Y no lo fue por ninguna exitosa operación bursátil o la adquisición de alguna prometedora startup, sino por un descubrimiento arqueológico: el del buque de guerra japonés Musashi, uno de los más grandes construidos jamás y hundido en 1944 por la armada estadounidense en plena II Guerra Mundial. El propio Allen ha dirigido los trabajos del equipo que lo ha descubierto a bordo de su yate Octopus, y también fue él el que se encargó de anunciar el descubrimiento en su cuenta de Twitter.
No es el primer barco naufragado que descubre Allen, que aparte de figurar en el puesto nº 51 de la lista Forbes de millonarios con una riqueza estimada en 17.500 millones de dólares, se define como filántropo, inversor, emprendedor, escritor y guitarrista, entre otras cosas, en su perfil de Twitter. Anteriormente su equipo había descubierto los restos del HMS Hood de la marina británica. Pero la de arqueólogo marino no es la única faceta aventurera de Allen: otro de los adjetivos de su perfil de Twitter es “pionero espacial”, por su implicación en el proyecto SpaceShipOne, la primera nave privada que realizó un viaje espacial tripulado allá por 2004.
Pero Paul Allen no está solo en el club de los millonarios aventureros. Que adinerados empresarios renuncien a sus cómodos asientos en consejos de administración para exponerse a los rigores de la exploración se ha convertido casi en un tópico, y de hecho tiene su lógica: hay que tener muchos recursos para poder construir una nave espacial o disponer de un yate con el que explorar los fondos marinos. Estos son algunos de los milmillonarios que quieren escribir su nombre en la historia con algo más romántico que una cuenta de resultados.
Richard Branson
El fundador del imperio Virgin (con una fortuna de 4.900 millones de dólares según Forbes) ha declarado que su manera de intentar vivir la vida al máximo es “fijarse metas enormes y aparentemente inalcanzables para intentar superarlas”. Bajo ese lema, ha intentado batir numerosos récords del mundo, y ninguno de ellos barato: ser el más rápido en cruzar el Atlántico en barco (a la segunda), batir el récord de velocidad cruzando el Pacífico en globo (conseguido), ser el primero en dar la vuelta al mundo en globo (la dio pero no consiguió ser el primero), batir el récord de cruzar el Canal de La Mancha en un vehículo anfibio (lo fijó en 1 hora y 40 minutos) y de nuevo ser el más veloz cruzando el Atlántico, pero esta vez hacia el este (fallido).
Y además, como casi todos los aventu-narios, también ha puesto sus miras en el espacio: su empresa Virgin Galactic quiere convertirse en la primera compañía de turismo espacial. Las naves usarán la tecnología del SpaceShipOne de Paul Allen, aunque es posible que el reciente accidente en un vuelo de prueba perjudique sus aspiraciones.
Jeff Bezos
Otro que debió quedarse marcado en su infancia por la carrera espacial es Jeff Bezos, el fundador de Amazon y decimoquinto hombre más rico del mundo según Forbes con 34.800 millones de dólares, hasta el punto de financiar la misión de encontrar y recuperar los cohetes de la misión Apolo 11, la que puso por primera vez hombre en la Luna y que a él le pilló con 5 tiernos años. En la web Bezos Expeditions se pueden ver otros proyectos grandilocuentes del empresario, como la construcción del reloj de 10.000 años, aunque para aventura arriesgada ninguna como la de comprar un periódico en pleno 2013.
Elon Musk
Pero si un millonario se ha tomado en serio la aventura espacial es Elon Musk, el nº 100 en la lista Forbes con 12.000 millones de dólares. Con parte de los 165 millones de dólares que ganó por la venta de PayPal fundó SpaceX, de la que es director general y de tecnología gracias a sus conocimientos de ingeniería. Aunque de momento sus cohetes Falcon se dedican a poner satélites en órbita y sus módulos Dragon proveen de provisiones a la Estación Espacial Internacional, que no es poco, sus planes de jubilación son bastante más ambiciosos.
Inspirado por Isaac Asimov, cree que la humanidad debe expandirse más allá de la Tierra para no extinguirse y como primer paso para ello planea poner humanos en Marte en 10 o 20 años. Mientras tanto, su compañía de coches eléctricos Tesla revoluciona el mundo del automóvil y en su tiempo libre se dedica a idear transportes supersónicos futuristas que difunde públicamente por no tener tiempo de llevar a cabo. Igualito que yo cuando tengo una tarde libre.
James Cameron
No todos los aventureros miran hacia las estrellas; otros prefieren fijarse en las profundidades. Aunque tiene un perfil distinto al de los empresarios antes citados, los 700 millones de dólares y sus aventuras submarinas incluyen al cineasta James Cameron en este club con pleno derecho. El 12 de marzo de 2012 Cameron tocó el fondo de la fosa de Nueva Bretaña, a 9.800 metros de profundidad, y solo 19 días después se convirtió en el primer humano en alcanzar en solitario el fondo de la fosa de las Marianas, el punto más profundo de la superficie terrestre a 10.908 metros de profundidad. Las grabaciones que realizó sirvieron para descubrir nuevas especies de pepinos marinos, gusanos, amebas unicelulares gigantes y otros bichos repugnantes que nos alegra saber que están a 10 kilómetros de distancia. Aunque no pasaría nada si fuesen 100.
Larry Ellison
Otro enamorado del mar es el que durante muchos años se disputó con Bill Gates el primer puesto de la lista Forbes, el fundador de Oracle Larry Ellison, que ahora tan solo figura en el puesto nº5 con 54.300 millones de dólares.
Su amor por la navegación no se quedó en el tópico del yate de millonario (que también tiene). Decidió llevarlo un paso más allá y el 14 de febrero de 2010 Ellison y su equipo Oracle BMW arrebataron al Alinghi suizo la Copa América, la competición náutica más prestigiosa del mundo que no ganaba un equipo estadounidense desde 1995. Se ve que le cogió gusto al asunto, porque en 2013 repitió victoria en la 34ª edición, esta vez con una épica remontada desde un 1-8 en contra al Emirates neozelandés.
Steve Fossett
Pero si alguien se ganó el mote de “el aventurero millonario” fue con todo derecho Steve Fossett. Con los millones que había obtenido por sus inversiones en bolsa se dedicó a romper todos los récords que se le cruzaban por la mente, a cada cual más temerario. Fue el primero en dar la vuelta al mundo sin escalas, sin repostar y en solitario, en globo primero y en avión después. Como también le gustaba el mar, como navegante logró cruzar el Atlántico en 4 días y 17 horas, y dio la vuelta al mundo en 58 días y 9 horas.
En total batió 91 récords mundiales de aviación, 23 de navegación, cruzó a nado el canal de La Mancha, participó en las 24 horas de Le Mans, completó el Iron Man de Hawaii y el maratón de Boston, aparte de muchos más récords y proezas en escalada, esquí y planeadores. Y hubiese seguido batiéndolos (tenía previsto ser el primero en alcanzar el fondo de la fosa de Las Marianas, adelantando a James Cameron) si no hubiese fallecido en un accidente de avioneta en la Sierra Nevada de California el 3 de septiembre de 2007. Al menos les dejaba una oportunidad a los demás.