Isabel Preysler no solo volvió a la televisión la noche del martes después de 20 años sin pisar un plató. Además consiguió que Pablo Motos cediera su sitio en El Hormiguero. "La gente notará que estamos cambiados, ¿por qué te gusta más ese lado?", le preguntó el presentador. "Porque tengo mejor este que éste", contestó ella señalando el perfil derecho de su cara. Preysler identificó su lado bueno al separarse de Julio Iglesias, según contó en el programa. "Él también tenía el suyo y siempre me colocaba en mi lado malo. En las fotos de esa época me veía muy pepona", relató. Al margen de la picaresca del cantante para salir mejor en las imágenes, que Isabel Preysler perciba que la parte derecha de su cara es mejor que la izquierda no es tan habitual.
Probablemente en más de una ocasión un amigo o un familiar te ha pedido que le cambies el sitio en una foto para salir con su mejor perfil que, en la mayoría de los casos, es el izquierdo. Esta percepción está determinada por lo que en psicobiología y neurociencia cognitiva se denomina el fenómeno de lateralización hemisférica: el lado izquierdo del cuerpo está controlado por el hemisferio derecho del cerebro responsable de la expresión emocional espontánea. A partir de caras quiméricas, es decir, producidas de forma artificial con dos mitades izquierdas, se comprobó en evidencias experimentales que se conseguía una mayor expresividad.
En 2012, los profesores de psicología James Schirillo y Kelsey Blackburn de la Universidad Wake Forest de Estados Unidos publicaron un estudio en el que reforzaron esta teoría: la mayoría de los seres humanos prefiere mirarse y que le miren el lado izquierdo de la cara porque les produce más placer. La investigación publicada en la revista científica Experimental Brain Research, y recogida por Time, se basaba en el análisis de dos series de fotografías de 10 hombres y 10 mujeres. La primera colección reunía las imágenes reales y para la segunda se replicaron con efecto espejo de tal manera que la mejilla derecha pareciera la izquierda y al revés. El resultado se mostró a 37 estudiantes universitarios y todos coincidieron en que el mejor lado era el izquierdo independientemente de si era el real o el manipulado. La segunda variable que midieron fue la dilatación de la pupila: se agrandaba (indicador de una reacción positiva) cuando miraban el lado izquierdo de los rostros. "Esta parte de la cara provoca una mayor emoción porque los observadores la encuentran estéticamente más placentera", dijeron los investigadores.
A Jorge Salgado, coordinador general de la escuela EFTI de Madrid, le enseñaron cuando se formaba como fotógrafo que, históricamente, la mayoría de los retratos pictóricos mostraban el perfil izquierdo. "En fotografía no es tan exacto", afirma, "hay defectos como los lunares, las pecas, una cicatriz o la dirección del pelo que influyen mucho". Aunque prefiere el retrato frontal, cuando opta por el lateral antes de elegir un lado u otro se fija en la inclinación del ojo para identificar el que denomina "el alegre" y saber dónde disparar. Su experiencia le ha demostrado que los profesionales conocen perfectamente su lado bueno que también suele ser el izquierdo. "Las modelos, los actores o los músicos se han visto muchas veces en imagen y te piden que les fotografíes ese lado, la gente común no lo tiene tan claro", dice.