¿Qué pasaría si una persona no durmiera nada?, preguntaba un usuario de Quora, la red social de preguntas y respuestas: “No sólo una noche o dos, sino siempre”. “¿Me volvería loco? ¿Moriría?”.
Chris Morrison resumía los posibles síntomas que podría experimentar, que también quedan explicados en este vídeo de Asap Science, enlazado en otra de las respuestas.
Tras una primera noche sin dormir, el sistema mesolímbico se estimula y la dopamina fluye, por lo que nos sentimos con más energía, motivación, optimismo y deseo sexual. Pero claro, esta sensación positiva es engañosa, ya que a partir de ahí, todo va cuesta abajo.
Poco a poco el cerebro comienza a desactivar las regiones que se encargan de planificar y evaluar decisiones, por lo que se pasa a un comportamiento más impulsivo. El agotamiento lleva además a que mostremos un tiempo de reacción más lento y empeoren nuestras funciones perceptivas y cognitivas.
Tras un día o dos, el cuerpo deja de metabolizar la glucosa de forma adecuada y el sistema inmune comienza a fallar. Como recuerda Morrison, a partir del segundo día también puede haber un empeoramiento general de la memoria. Tres días sin sueño han provocado en algunos casos alucinaciones.
El récord (documentado científicamente) lo tiene Randy Gardner, que pasó 264 horas (11 días) sin dormir y sin ayuda de estimulantes. Lo hizo en 1964, cuando tenía 17 años, y en compañía del doctor especialista en sueño de la Universidad de Stanford William Dement. Al igual que otros individuos que se han sometido a pruebas similares, Gardner no presentó efectos negativos a largo plazo en su salud.
Esto no quita que aguantar sin dormir pueda acabar provocando la muerte. Las ratas aguantan sin dormir entre dos y cuatro semanas. Luego mueren, aunque no está claro si por la falta de sueño (y el hipermetabolismo que esto provoca) o por el estrés de ser despertadas constantemente.
En cuanto a los humanos, pasar tanto tiempo despierto está sólo asociado a desórdenes extraños como el insomnio familiar fatal: esta enfermedad genética (y muy rara) del cerebro causa insomnio, alucinaciones, demencia y, tras unos 18 meses, la muerte.
Otro caso es el que menciona Scientific American: un joven de 27 años con síndrome de Morvan que apenas durmió durante varios meses, sin sentirse ni somnoliento, ni cansado y sin mostrar problemas de humor o de memoria. Eso sí, casi cada noche entre las 9 y las 11 pasaba entre 20 y 60 minutos sufriendo alucinaciones auditivas, visuales, olfatorias y táctiles, además de dolor en sus dedos de las manos y de los pies.